Estimado director de senda Norte:
Somos un grupo de personas creyentes en la religión católica y muy activos de la parroquia Inmaculada Concepción de La Cabrera, un pequeño municipio de Madrid. Durante 27 años tuvimos un párroco que con el tiempo se ganó el cariño y respeto de toda la comunidad. Como es ley de vida se hizo mayor y le llegó el momento de la jubilación muy a pesar de sus superiores directos, que una vez efectiva ésta no le permitieron seguir en nuestro pueblo, y le obligaron a irse a otro municipio situado a 10 kms. de La Cabrera, y en el cual hoy en día le hacen trabajar puntualmente a pesar de sus 84 años.
El nuevo párroco, un chico joven con muchas ganas de trabajar por nuestra comunidad, no lo tuvo fácil al principio, pero después de pasados unos meses, en los que la gente puedo descubrir sus homilías (verdaderas catequesis), y ver que junto a las personas que trabajamos activamente con él, se estaban haciendo cosas, empezaron a confiar y a aceptarle.
Y aquí viene el quiz de la cuestión y el motivo de nuestra carta-denuncia, la cual decidimos escribir en contra de la opinión de nuestro párroco, el cual intentó apaciguarnos por todos los medios, pero que es la única forma que hemos encontrado para hacer saber lo que está sucediendo en nuestra parroquia.
A pesar de todo lo que teníamos iniciado, y de todos los proyectos pendientes, D. Juan Carlos Vera Gállego, vicario de la Vicaría Norte I, debido a su inquina, y por motivos personales hacia nuestro párroco, Ernesto Ruiz, decide quitársele de en medio y entregarle la parroquia de nuestro pueblo a un movimiento religioso de Misioneros Identes, los cuales ya gestionan el Convento de S. Antonio y S. Julián ubicado en nuestro pueblo. Con esta acción, destruye toda la labor pastoral de 27 años, y la que nuestro párroco había hecho hasta ahora, negándose a buscar otras soluciones, ya que la excusa que ha usado para retirarle de párroco, de una manera totalmente injusta es la enfermedad que padece: Fibromialgia. A pesar de sufrir por culpa de esta enfermedad numerosos dolores, nunca ha dejado de cumplir con sus obligaciones parroquiales, ni a desatendido a todo aquél que lo necesitaba. Ernesto lo único que solicitaba para poder seguir, era una pequeña ayuda puntual para poder superar los momentos de crisis.
No nos parece una conducta de lo más transparente, ya que el señor Vicario está haciendo las cosas a escondidas, sin dar la cara, sin preocuparse por la vida de nuestra parroquia ni la labor que en ella se hace, con mucho secretismo y sin reunirse en ningún momento con el consejo parroquial ni informar al pueblo, a pesar de que ha tenido la oportunidad, ya que ofició la misa mayor durante las fiestas grandes el día 13 de junio de 2018.
Ahora nos vamos a dirigir directamente a él:
Juan Carlos Vera Gállego, Sr. Vicario, ¿con qué sensación se queda usted después de haber destrozado una parroquia y una comunidad cristiana que estaba empezando a despegar? Todo esto lo hace por hacerle la vida imposible a una persona que lo único que ha hecho es cumplir bien con su vocación, de una forma clara y concisa. ¿Qué clase de hombre de iglesia representa usted?, ¿entiende usted que su forma de actuar parece que es únicamente por maldad y por hacer daño?, ¿en algún momento ha pensado en la gente de esta, su también parroquia, y forman parte de la Iglesia?, ¿Qué interés tiene usted en quitarse de en medio a nuestro párroco y regalar la parroquia a una orden religiosa que no depende de usted?
La parroquia, y el pueblo de La Cabrera le demandan una explicación pública, porque se siente robado y estafado.
Y de todo esta, Sr. Vicario, ¿Qué piensa el Ilustrísimo Cardenal Don Carlos Osoro?, ¿Conoce todos sus movimientos?, o tal vez se lo tenemos que contar nosotros…………………..
Sólo nos queda dar las gracias a este medio por su atención.

GENTE DE IGLESIA INDIGNADA