AVES DE LA SIERRA NORTE. EL CHOTACABRAS EUROPEO

Chotacabras247

Miguel Ángel Granado
Los Chotacabras son aves poco conocidas, debido a sus hábitos nocturnos y a su mimetismo, ya que su plumaje se asemeja a la corteza de un árbol, donde suelen posarse habitualmente. En nuestro país existen dos especies, que ocupan diferentes zonas de nuestra geografía. El Chotacabras cuellirrojo o pardo, que se encuentra distribuido por la mitad sur de nuestra península y el Chotacabras europeo o gris, en la otra mitad, la norte. Normalmente no se solapan aunque, en zonas céntricas de España, pueden aparecer ambos. Por ejemplo en nuestra comarca y, más concretamente en la Sierra del Rincón, están citados los dos. Aunque es cierto que en la Sierra Norte se da mayoritariamente el Gris. Por tanto, será nuestro protagonista de este mes.
El Chotacabras europeo (Caprimulgus europaeus) es un ave de coloración grisácea, con multitud de manchas negras, pardas y blanquecinas. Tiene las alas y la cola bastante largas. Ambos sexos poseen una lista blanquecina sobre las plumas coberteras de las alas y una pequeña zona oscura en los hombros. Las hembras y los machos son casi iguales, aunque únicamente ellos tienen manchas blancas en la garganta y las plumas de vuelo (rémiges). En la cabeza, apreciamos unos grandes ojos oscuros, un pico corto del que salen unos pelos largos o cerdas, con aspecto de bigote. Tiene las patas cortas, lo que le impide caminar o correr aunque a veces se mueve por el suelo dando pequeños saltos.
Es una de los pájaros más extraños que existen en nuestro país y es estrictamente estival. Tras pasar el invierno en África, llegan aquí a partir de abril, siendo una de las aves más sensibles al clima. Cuando cesan las heladas y se consolidan las temperaturas más templadas podremos verlos; antes de que se den estas circunstancias será difícil avistar alguno. Además de la mitad septentrional de la Península, cría en las zonas montañosas del sur y las islas Baleares.
Los encontraremos en bosques abiertos, como las dehesas de robles, fresnos o encinas; también en páramos o estepas con matorrales. A la hora de localizarle, normalmente le escucharemos primero: su canto, un ronroneo continuo que se asemeja al rrurrrrurrrurr lejano de un motor; lo emite en series que pueden durar hasta 5 minutos. Produce también un chasquido al rozar las alas, especialmente en época de celo, que será contestado por la hembra. Sin embargo, cuando vuela es totalmente silencioso.
Se alimenta de insectos nocturnos como polillas o escarabajos, habitualmente los caza en vuelo o lanzándose desde algún posadero. Las cerdas que posee a modo de bigote, sirven para detectarlos con precisión en el aire, actuando como una red y dirigiéndolos hacia su pequeña boca, que abrirá ampliamente al acercarse a ellos. Cuando abundan los saltamontes, cigarras u otros, puede alimentarse en el suelo. Es común que se acerquen a buscar su comida entre el ganado, donde abundan sus presas. Esta costumbre hizo que los pastores creyeran que se alimentaba de la leche de sus rebaños, lo que hizo que se le denominara chupacabras.
El periodo reproductor comienza avanzada la primavera, generalmente a principios de junio y concluye en agosto; una vez se suceden las cópulas, en alguna depresión del terreno y bien camuflados, la hembra pondrá dos huevos, raramente tres o uno. Estos serán incubados principalmente por ella; tras unos 18 días nacerán los pollos, que dejarán el nido a la semana permaneciendo cerca de él. Tras otros 11-12 días, cuando ya tienen cerca de 20, podrán volar. Suele producirse una segunda puesta y, debido al poco tiempo del que disponen, la hembra estará incubando de nuevo cuando a los jóvenes les faltan todavía unos días para independizarse, por lo que ella dejará de alimentarlos y lo hará únicamente el macho. Una vez que vuelan, éste acompañará a la hembra con la segunda puesta. Reseñar que las parejas son de por vida y que suelen regresar a criar siempre a los mismos lugares.
Existen varias leyendas en torno a los chotacabras; además de lo que decíamos de mamar de las cabras, también se le conoce como gallina ciega (en nuestra comarca muchas personas le identifican con este apelativo) o tapacaminos. Este último nombre deriva de la costumbre de posarse en los caminos y si le iluminamos con nuestro vehículo, hará un pequeño vuelo y se posará unos metros más adelante, permaneciendo en el camino, buscando insectos atraídos por los faros. Cuentan en México que esa actitud viene de que otro pájaro le quitó su bonito traje y, le dejó ese aspecto tan feo e insulso; que se va a los caminos preguntándole a la gente si vio un pájaro con un bello plumaje, para poder encontrarle.
Durante los meses de septiembre y octubre emprenderán el camino de vuelta a África. Es una especie que sufre distintas amenazas, fundamentalmente debidas a la intensificación de la agricultura: transformación del hábitat, uso de plaguicidas, etc. También le afectan los atropellos. Aparece incluido en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas con la categoría «De interés especial» Aunque sean aves muy particulares, debemos cuidar a los Chotacabras que, como cualquier ser vivo, cumplen una función muy importante en la salud de nuestra madre Naturaleza.
Foto de Jus Perez

Dejar un comentario

Tu dirección email no será publicada.


*