El agua es un elemento indispensable para la vida y por tanto, básico para la correcta hidratación del organismo. Podemos aportarlo tanto por la ingesta de líquido o a partir de los alimentos. Aproximadamente el 65-70% del cuerpo humano adulto y en el niño alrededor del 80%
En edades tempranas y avanzadas de la vida son los momentos claves en la evolución natural de las personas. En ellas una deshidratación puede resultar muy grave y no hablamos de las agudas que son más fáciles de detectar, sino de las pasivas o crónicas como es la pérdida que se produce por evaporación durante el invierno con el empleo de la calefacción o no ingerir la cantidad de líquidos suficientes durante el ejercicio o algún tipo de eventualidad como el vómito y la diarrea.
Salvo contraindicación médica deberíamos conseguir que la hidratación sea suficiente para mantener una diuresis (orina) normal de aproximadamente 1 litro/día. Menos de 500 cc. de diuresis / día, sería signo de alarma, tanto por déficit de ingesta como por patología orgánica. No hay que olvidar que no es suficiente con el líquido que llevan los alimentos, pues ello sólo aporta alrededor de un litro. Una persona de 70 kg necesita alrededor de 2,5 litros, esa persona debe ingerir 1,5 litros más de líquidos al día y si hace ejercicio o mucho calor por lo menos medio litro más e incluso en algunos casos hasta un litro más.
Un cuerpo que no esté bien hidratado se deshidrata y ello acarrea unas consecuencias, como pueden ser: dolores de cabeza, conjuntivitis, estreñimiento, los huesos se hacen más frágiles, las venas se rompen con mayor facilidad, no se rinde intelectualmente de forma adecuada. Por tanto, la ingesta de líquidos se debe realizar todo el año.
Los 13 consejos para estar bien hidratado
1. Independientemente de la época del año, hay que beber líquidos en cantidad suficiente y de forma rutinaria.
2. La cantidad de líquido necesaria para una persona adulta es de aproximadamente 45 cc/kg de peso y día, sería el equivalente a la medida de medida de medio vaso de yogur multiplicado por el peso de la persona, es lo que se debe ingerir en el día. Si hace calor o ejercicio físico hay que aumentar la ingesta, lo mismo que una mujer embarazada y que esté dando lactancia.
3. Los líquidos que se ingieren al levantarse por la mañana en ayunas, mejoran el estreñimiento y producen un efecto de arrastre de retención de líquidos, serían dos vasos de agua.
4. Los líquidos se deben tomar fuera de las comidas es como mejor se absorben y no entorpecen la digestión de los alimentos.
5. En personas mayores de 55 años no es recomendable ingerir en exceso, bebidas carbogaseosas, ya que dificultan saborear los alimentos, irritan la mucosa del estómago, producen saciedad precoz e incluso en personas pueden elevar la tensión arterial.
6. Los líquidos isotónicos se absorben muy bien, es el ejemplo de agua de limón o bien agua de arroz.
7. La piel se hidrata adecuadamente si después del baño y sin secar se aplica una fina capa de aceite corporal y sin frotar con un albornoz se guarda 20 minutos de reposo.
8. Cuando consuma aguas envasadas, tenga cuidado la cantidad de sodio o sal que lleven, ya que si tiene algún problema de riñón le puede hacer retener líquidos y si es hipertenso le puede hacer subir la tensión arterial.
9. Una ingesta adecuada de líquidos previene infecciones urinarias y ayuda a controlar el azúcar en sangre.
10. Las personas que se atragantan con los líquidos emplear gelatinas, espesantes.
11. Para los que no le gusta el sabor «insípida» del agua, añadir edulcorantes no energéticos al agua o gotas de limón en los ancianos favorece su ingesta, pero además están los caldos, sopas, zumos, fruta fresca.
12. Nunca se debe esperar a tener sed, pues cuando eso ocurre, ya se está iniciando la deshidratación en el organismo.
13. La potomanía es beber en exceso, tampoco hay que pasarse, pues te puedes deshidratar.
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