José de Villamisar
Ada Colau es la alcaldesa de Barcelona, no sabe, no contesta, es una señora que quiere, pero no quiere, un día se pronuncia a favor de la independencia de Cataluña, pero luego no firma el manifiesto con los alcaldes independentistas.
Colau, aseguró que defenderá al ayuntamiento y a sus trabajadores, pero al mismo tiempo hará todo lo posible para garantizar el voto el uno de octubre, tachando al Presidente del Gobierno, Mariano Rajoy de cobarde e inmovilista. La Alcaldesa ha protagonizado en los últimos días varios bandazos que desconciertan al personal. Primero anunció que no organizaría el referéndum, para más tarde decir que haría todo lo necesario para que la consulta se celebrase. Pactó con la Generalidad, no instalar las urnas en sedes municipales, pero sí en locales propiedad del Gobierno regional.
Colau, ha confundido el ayuntamiento como si fuese su cortijo y trata a los barceloneses que gobierna como si todos fuesen independentistas, ignora que en Barcelona como en el resto de Cataluña hay mucha gente que no quiere la independencia.
Sin embargo ella, usó la institución municipal para recibir a los 700 alcaldes ante-sistema. Con ello Colau se ha erigido en la cabeza aglutinadora de regidores independentistas que se pasan las leyes por el arco del triunfo, mientras guarda silencio ante las amenazas que están sufriendo sus compañeros fieles a las leyes democráticas.
Hay que recordarle a la Señora Colau que el ayuntamiento es la casa de todos los barceloneses, independentistas y no independentistas. La alcaldesa de Barcelona recibió a los 700 alcaldes con mucho entusiasmo, pero no tuvo el valor de cruzar la plaza de San Jaime y entrar con el bastón de mando en el palacio de la Generalidad, como sí hicieron los otros alcaldes, a pesar de estar citados por la Fiscalía por apoyar un referéndum ilegal. ¿Como se llama esa aptitud?. Cobardía, señora Colau, Cobardía, usted quiere la independencia, pero por si fracasa no quiere que la inhabiliten, quiere seguir de alcaldesa, usted quiere recoger las nueces pero que sean otros los sacudan el árbol, Cobardía señora, Cobardía.
Al Partido Socialista le pasa un poco como a Colau, no quiere pronunciarse rotundamente sobre el problema y las formas de atajarlo. En principio se posicionaron en apoyar al Gobierno en las medidas necesarias para que el referéndum no se celebrase. Hace unos meses, después de reunirse en la Moncloa Pedro Sánchez y Rajoy, Margarita Robles actuando como portavoz de Sánchez dijo que la aplicación del artículo 155 de la Constitución, nunca sería una solución procedente y nunca la apoyaríamos, una afirmación un tanto gratuita, porque eso da alas y garantías de impunidad a quienes se plantean violarla.
Hace unos días el portavoz socialista y alcalde de Valladolid, Oscar Puente, preguntado si su partido apoyaría o no la aplicación del citado artículo 155, dijo que en función de las circunstancias decidiremos que posición adoptamos. Ni un sí, ni un no rotundo. Llevan mucho tiempo los socialista amoldando su posición y su discurso a las circunstancias.
El Partido Socialista va rectificando según las circunstancias, desde los famosos pactos del Tinell del 2003 en el que los socialistas formaban gobierno en Cataluña con ER e ICV, comprometiéndose en el pacto a no establecer acuerdo alguno con el PP. Sin embargo no tardaron en rectificar, cuando Angela Merkel le impuso a Zapatero la reforma de la Constitución, para imponer un tope constitucional al déficit público tuvo que rectificar y pactarlo con el Partido Popular, al traste lo del Tinell, eran las circunstancias.
También hubo que rectificar aquella frase de Zapateo, «el Gobierno aceptará cualquier Estatuto que aprobara el Parlamento catalán», eran las circunstancias, y de aquellos polvos vienen estos….
El Partido Socialista dio el pasad día 19 otra lección de indefinición en el Congreso de los Diputados, dando un paso atrás en el apoyo al Gobierno sobre Cataluña, o se está o no se está, cuando se trata de un asunto de Estado. Sr. Sánchez, a usted no le entienden ni sus diputados, serán las circunstancias.
Me entristece enormemente los bandazos socialistas, que no se sabe hacia dónde quieren ir. ¡Que necesidad tiene el Partido Socialista de un hombre de Estado como Felipe González!
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