Nació en el Madrileño barrio de Moratalaz hace 37 años y ha estado vinculado toda su vida a los movimientos participativos y de barrio. Junto a compañeras y compañeros del mundo asociativo integró la cooperativa Lares de intervención social. Luego paso varios años viviendo en la Sierra de Madrid. Pero viene a nuestra página por sus nuevos proyectos de implicación y construcción del mundo rural. Proyecto de vida y formación que comparte en la Finca el Guindal de Candeleda, Avila. ( dicenycuentan.wordpress.com).
Durante el último fin de semana de abril ha impartido en Madarcos un módulo de elaboración de adobes de barro con los que en el mes de mayo se construirá un horno.

Cuéntame el proyecto Dicen y Cuentan

El Proyecto Centro de Iniciativas Dicen y Cuentan, se basa en la recuperación de saberes. No se trata solo de oficios tradicionales, no queríamos etiquetarnos. Simplemente ser capaces de recuperar cosas que saben hacer las gentes del lugar y que son importantes para la vida, para el día a día.
Hicimos una investigación en la zona, con ejes de gastronomía cultura, folclore, labores agropecuarias. Un proyecto de financiación colectiva en goteo.org nos permitió financiar ese tiempo de investigación. A partir de ese estudio sabemos que ejes, puntos de interés o saberes tiene la gente de la zona y quiénes y cómo transmitirlos, los recogemos y hacemos formaciones acordes a esos saberes.
Mientras hicimos la investigación reconstruimos el Sequero que había en la finca. Ahora es un aula polivalente y de formación y estamos haciendo talleres como el de construcción de hornos, folclore, tracción animal, o soldadura. Aprendemos cosas que nos sirven para vivir el día a día de forma más autónoma.
La formación es un proceso de aprendizaje donde siempre interactúas, siempre recibes conocimientos de otras personas que han aprendido en otros sitios cosas diferentes. Y eso que aprendes se incorpora a tu vida cotidiana. Lo que hacemos son espacios prácticos de construcción de cosas reales, muchas de ellas permanecen, se usan a diario y son un escaparate de lo que sabemos y podemos hacer. Por ejemplo los cerramientos, el aula y el baño seco, realizados en espacios de formación en bioconstrucción.
En la finca también hay una hectárea de olivar e higueras y una zona de regadío dónde trabajamos una huerta comunitaria. ¿Por que vivir en un pueblo?
En mi caso, yo he estado siempre vinculado a la capital, a mi vida de barrio. Pero nos fuimos a vivir a la Sierra porque la capital nos asfixiaba , pero notábamos que seguíamos dependiendo demasiado de Madrid. Hay una burbuja de atracción, para lo bueno y lo malo. Nos apetecía un entorno más rural, por el modo de vida y de relaciones. Cuando nacieron nuestros hijos fue definitivo, queríamos encontrar un lugar, un medio donde crecieran de otra manera. Pero sin darle más importancia, sin la necesidad de hacernos propietarios del mundo rural; no le vendemos a nadie que vivir en un pueblo es mejor. A nosotros nos gusta, sin más.
¿Cuáles son las mayores dificultades que encuentras?
La mayor dificultad es la búsqueda de espacios productivos, como ganarte la vida. Sobre todo cuando ya tenía una estabilidad y una seguridad en el mundo laboral. De repente te vas a un sitio donde tienes que aprender muchas cosas, encontrar nuevas estrategias laborales que te son ajenas. Venimos de una cooperativa como opción militante y laboral de autoempleo. Y al final, la autogestión en el empleo es la única vía. Y este recicle es costoso, nos gusta pero a veces nos lo planteamos
¿Cómo estáis viviendo la crisis?
A veces vivir con lo justo es parte de una elección personal. Antes había dinero para todo, podías pensar en muchas iniciativas que acabaran en éxito. Pero hoy tienes que trabajar mucho más, pensar en mucho más. En la comarca hemos ofrecido proyectos de intervención social que hoy no se pueden sacar y hace cinco años sí. Esta situación hace las cosas más difíciles, aunque el entorno es diferente y hace que con menos dinero, puedas sobrevivir
¿Qué te gustaría que cambiara en el mundo rural?
La gestión del territorio, de la tierra, del ambiente, del entorno. Nosotros vivimos en un sitio paradisiaco, muy fértil, con mucha agua y un potencial agrónomo impresionante.
Se tratan muy mal los recursos, la gestión de las cabañas ganaderas o del agua son nefastas. Especialmente con el tema de los herbicidas. Hay veces que vemos como nos estamos cargando todo lo de alrededor. La industria agroquímica te vende como producir, bajo sus intereses económicos. Te hacen dependiente de su propia industria.
¿Cómo vinculas las transformaciones individuales a las sociales?
Ahora lo vivo como una gran contradicción. Dedico mucho esfuerzo a este proyecto, a la casa, a la crianza de los niños. Y eso me ha hecho dejar de lado muchos espacios de militancia. Por una parte, me apetece mucho vivir este proceso personal pero vivo esa contradicción. Pienso que hay tiempo, que éste es otro momento. Y que cada cosa que hago, aunque sea dar respuestas a necesidades personales, tiene una proyección de transformación social. Provoca reflexión y cambios.