«Me licencié en Geografía e Historia por la Universidad Complutense de Madrid y después realicé un postgrado, obteniendo la Diplomatura en Archivística y Documentación en el Centro de Estudios Bibliográficos y Documentalistas de la Dirección General de Bellas Artes y Archivos. A día de hoy sigo estudiando y formándome en temas relacionados con los archivos».

– ¿Cuál es tu trayectoria profesional?
Mis primeros trabajos los realicé en la Editorial Torremozas, de la que soy socia. Esta editorial se dedica a la poesía y narrativa escrita por mujeres. Y más tarde en AL, Servicios Empresariales dedicada al tratamiento de textos, corrección y presentación de documentos, hasta el año 1995, en que regresé a Torremozas como Editora Adjunta.
En el año 2000, se creó la Fundación Gloria Fuertes, con la finalidad de difundir la obra de la poeta madrileña. Formando parte del Patronato se me asignó la Dirección de la Fundación, siendo además responsable del archivo personal y profesional de la autora. Hasta el año 2009 he sido compiladora, editora y comisaria de exposiciones para la divulgación de su obra, junto con toda la labor de representación de la Fundación. Permanecí en la dirección de la Fundación hasta terminar los actos para conmemorar el décimo aniversario del fallecimiento de la autora. Entonces decidí volver a mi auténtica vocación: Archivera. Sigo colaborando, pero únicamente realizando labores de archivo e investigación.
Y por último en el año 2009 hasta el 2011, he tenido la gran suerte de poder ejercer plenamente mi vocación como Archivera Municipal en el Ayuntamiento de Garganta de los Montes.
– Lo de archivera tiene que ser una vocación… Cuesta creer que a alguien le apasione algo que a los demás nos da tanta pereza…
Pues a mí lo que me sorprende es que la gente no se apasione por los archivos… Desde luego es vocacional. Yo no concibo la vida sin tener entre mis manos documentos. Hay que amar lo que haces, creer en ello y saber trasmitirlo.
– Cuéntame que archivo te ha sorprendido y por qué.
Todos los archivos, todos, son maravillosos. Pero hay algo en los Archivos Municipales que te engancha. En ellos el archivero tiene la oportunidad de interactuar con los vecinos. Y esa relación tan estrecha es muy enriquecedora. En estos archivos se conserva la memoria del pueblo. Y tú eres la encargada de conservarla para generaciones venideras, para que nadie olvide quienes éramos y qué hicimos, cómo se ha ido gestando la vida de nuestro pueblo.
– Alguna anécdota, cosas que hayas encontrado, que te haya llamado la atención.
En un archivo, siempre hay algo que te llama la atención, por no decir todo. Lo que más me ha divertido era que en un principio mi trabajo no se entendía. Era la de los papeles. Poco a poco vas acercando el archivo a los vecinos y ellos, que se sienten parte de la historia, colaboran para enriquecer el patrimonio documental.
– Has decidido ofrecer tus conocimientos a empresas en la Sierra. ¿En qué pueden mejorar con tu trabajo?
El trabajo de una archivera son los archivos. Pueden ser de muy diferente tipología: archivos municipales, de empresa, personales, familiares… Y el papel de una archivera es válido para todos.
En cuanto a las empresas, sean grandes o pequeñas, la conservación de la documentación es importante. Se trata de facilitar el día a día de los empresarios. Si la documentación está organizada con criterios archivísticos, digitalizada… el acceso a los documentos se simplifica mucho
– ¿En qué medida aplicas las nuevas tecnologías?
Tenemos que aprovechar todo aquello que las nuevas tecnologías nos ofrecen. La digitalización e informatización de la documentación es fundamental en un archivo. En las administraciones la tendencia es que el papel desaparezca, pero es importante ser conscientes de que también la documentación que se genera de forma electrónica deberá ser archivada. Hay que estar al día.
– Corren malos tiempos para la innovación… ¿la crisis es una oportunidad para crecer?
Hay que formarse continuamente, aprender y reinventarse. Yo creo que con imaginación y conocimientos siempre encontraremos la forma de crecer.
– Los Ayuntamientos suelen tener los archivos municipales en cualquier cuarto con humedad… ¿Nos estamos perdiendo nuestra Historia?
Ese es el gran problema de muchos Archivos Municipales. El Archivo no es un almacén de papeles, es la memoria de nuestro pueblo. Hay que mimarlo. Las condiciones de conservación son fundamentales. La humedad es el peor enemigo de los documentos. En muchos casos nuestra historia se deshace en nuestras manos. Es importante que los Ayuntamientos se conciencien de la importancia del Archivo. No solo por la historia sino por la funcionalidad que tiene el archivo. Para mí es una pieza clave dentro del buen funcionamiento de cualquier ayuntamiento y así debe ser entendido.