El pasado 14 de Abril, nos encontrábamos mi familia y yo en casa de unos amigos que viven en Redueña. Mi familia se compone de cuatro miembros, mi mujer, mis dos hijos de 6 años y 18 meses y yo.
A eso de las 21h. del día indicado arriba, regresaba de las canchas deportivas del municipio con mis dos hijos para recogernos en casa de nuestros amigos. El pequeño Ismael, que es un pillín, a pesar de que entro en casa, y aprovechando un descuido de sus papas abrió la puerta de la casa y salió a la calle solito. Cuando ya nos percibimos de la ausencia del pequeño Ismael, era ya demasiado tarde. El pequeño Ismael había iniciado su propia aventura, pero como es evidente también hizo brotar en los corazones de sus padres y su hermano mayor el temor a la pérdida de la criatura.
La noche se cernía sobre el pequeño pueblo de Redueña, no había tiempo que perder. El pueblo era demasiado pequeño, justamente lo contrario que sus vecinos, los cuales desde el mismo instante en que se enteraron de la ausencia del pequeño Ismael, armados con linternas, coches y todo tipo de utensilios, emprendieron con total entrega y devoción la búsqueda del pequeñín. Merece la pena destacar que todos los vecinos, sin excepción alguna, colaboraron infatigablemente en la búsqueda del pequeño. Entre los vecinos se encontraban desde los más pequeños, hasta los más ancianos, hombres y mujeres, padres y madres los cuales en cuestión de escasos minutos formaron un auténtico equipo de rescate. Cuyos corazones, al menos así lo percibimos nuestros amigos y familia, latían al unísono y a la cantinela de «El pueblo unido jamás será vencido». Así, todos unidos, siguiendo lo que le dictaban sus propios corazones, como un único cuerpo que sufre y se resiente cuando una de sus partes padece un mal, todas las partes de ese cuerpo, de ese pueblo acudieron inmediatamente a socorrer al miembro que estaba en peligro. Es igualmente digno de mención la actuación y total entrega mostrada por el cuerpo de la Guardia Civil, los cuales en todo momento garantizaron de manera sobrada su interés por la vida y seguridad del pequeño Ismael.
Finalmente, después de una ardua e intensa búsqueda en medio de la noche y a pesar de la dificultad añadida de un medio rural y agreste, después de haber transcurrido algo más de una larga y angustiosa hora, los frutos del incesante y desinteresado trabajo en equipo de todos los vecinos dieron sus frutos. El pequeño Ismael fue encontrado a una distancia la cual era prácticamente inimaginable e inaudita que hubiera podido recorrer solo un infante de tan escasa edad, pero gracias a Dios estaba sano y salvo y sorprendentemente sin un solo rasguño.
Para concluir, insistir nuevamente en agradecer a cada uno de los miembros del pueblo y de la Guardia Civil que participaron activamente en la búsqueda de nuestro querido hijo, el benjamín de la familia. Especialmente quiere mostrar ésta familia su agradecimiento a aquel joven héroe anónimo que halló a nuestro pequeño retoño. Anónimo porque minutos después de que encontrase al pequeño Ismael se disipó, igual que se disipa la niebla de la mañana. Gracias, gracias, mil gracias que Dios os lo pague a cada uno de ustedes con la mejor de las recompensas.
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