José de Villamisar
El pasado 25 de noviembre, fallecía en la Habana, el dictador más longevo, quizás de todo el mundo, desde 1959 impuso en Cuba un régimen dictatorial que transformó la vida económica y política de la isla.
Castro, cuando bajó de Sierra Maestra, en compañía de su hermano Raúl y de Ché Guevara, gozaba de un gran apoyo popular, era un líder revolucionario que había conseguido derrocar a Fulgencio Batista, también dictador, prometió elecciones libres en el plazo de 18 meses, promulgó la ley de reforma agraria que acabó con los terratenientes azucareros, la mayoría de ellos norteamericanos, nacionalizó la enseñanza, que pasó, igual que la sanidad a ser controlada por el Estado.
La reforma educativa fue uno de los logros más importantes del gobierno de Castro. En poco tiempo logró alfabetizar a gran parte de la población que cuando él asumió el poder era analfabeta, convirtiendo la educación en universal y gratuita.
Logró reorganizar el sistema médico para dar acceso universal a los servicios de salud, consiguiendo excelentes resultados, y logrando ser el primer país iberoamericano que tiene más médicos y enfermeras por habitante, convirtiendo ese excedente en un importante activo para prestar asistencia médica a muchos países necesitados.
En pocos años implantó el sistema comunista, se enemistó con Estados unidos y se apoyó en la Unión Soviética para mantenerse en el poder, sus promesas de propiciar el desarrollo económico en Cuba fueron un constante fracaso, su modelo económico arruinó la economía cubana que provocó el descontento de muchos cubanos y el exilio de los ciudadanos que se vieron perseguidos, económica y políticamente.
La ayuda de Rusia fue el motor más importante para el sostenimiento de Castro que empezó a tambalearse con el desmoronamiento de la Unión Soviética, y, cuando el mundo veía luces de cambio en Cuba, apareció Hugo Chávez en Venezuela que le daba petróleo por sanidad, siendo un verdadero balón de oxígeno para el régimen castrista.
Sus aventuras internacionales fueron también un fracaso, si exceptuamos el éxito que tuvo en la implantación del régimen de Hugo Chavez en Venezuela.
Fidel prometió la igualdad social, pero creó, igual que todo sistema comunista, una clase de dirigentes acomodados y privilegiados que le ayudaron a perpetuarse en el poder, mientras la gran mayoría de la población tenía escasez de productos básicos, falta de libertades y sometida a una fuerte represión política y policial.
La vida política de Fidel ha sido y es una de las más controvertidas de la historia, muchos le adoraban, muchos le odiaban y muchos le adulaban, lo cierto es que fue una figura histórica que no dejaba indiferente a nadie.
Los que le adoraban, le dedicaron rezos revolucionarios, y todo lo malo que ocurra a partir de ahora en Cuba será porque Él no está.
Los que le odiaban y los exiliados están contentos, porque al fin se fue para siempre el que les obligó a abandonar su tierra huyendo de la tiranía del Dictador.
Los que le adulaban, ¡hay los que le adulaban!, esos se convertirán al nuevo «establishment», sea cual sea, y si es menester, cogerán las cenizas de Fidel y las arrojarán al infierno de Satanás. De eso tenemos buen ejemplo aquí en España. ¿Se acuerdan Vds., de la muerte de nuestro Dictador?. ¿En dónde están sus aduladores?, se convirtieron todos en Demócratas de toda la vida y hoy después de 40 años todavía siguen algunos gobernando su pueblo como Alcalde.
Feliz Año a todos, menos a los corruptos.
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