El mes de septiembre se abre en Buitrago con su Feria Medieval. La zona de la Villa se llena de puestos de artesanía de alimentación, de regalos y por supuesto lugares donde comer y beber. La sensación, después de haber paseado por ella, desde que se puso en marcha hace más de una década es la repetición y de que, según comentaban muchos de los presentes, había menos puestos. Lo mejor, el pasear por sus empedradas calles y encontrar conocidos a los que no sueles ver.
Aunque este año, la Feria, que volvió a ser inaugurada por el Jaime González Taboada, consejero de Medio Ambiente, Administración Local y Ordenación del Territorio, acompañado del alcalde Ángel Martínez, y un buen número de alcaldes de la sierra, tuvo una apertura diferente con una apertura musical, con varias arias cantadas por un tenor y una soprano. Por las noches, las actuaciones musicales fueron dos operas en el parque de la Villa.
Un pasacalles ecuestre, con más de una veintena de jinetes, debidamente ataviados recorrió las calles de Buitrago y parte del recinto ferial.
En el aspecto comercial, los Quesos de San Mames, el Ahumadero de Madarcos (con taberna propia) y los regalos Juli, fueron la escasa presencia de artesanos y emprendedores de la Sierra. A la hora de beber y comer, además de la taberna de Madarcos, hubo mucha oferta, aunque ahí estaban la taberna de la CNT, en la plaza del Castillo, y la taberna de la Iglesia, ubicada a la entrada de la iglesia de Santa María del Castillo, ambas para recaudar fondos para sus actividades.
A lo largo de los tres días de feria, también hubo animaciones como la bailarina de ritmos orientales, un cuentacuentos para niños, la exhibición de aves rapaces (aunque estas no demostrarán tener muchas ganas de actuar con el agobiante calor).