(Dedicado a Ángel Herranz, que fue el que me sugirió que escribiera sobre este ave, gracias por este espacio en tu periódico, es un placer poder divulgar los valores naturales de nuestro entorno)
El artículo de este mes hace referencia a un habitante muy singular de nuestra comarca: la Cigüeña negra. Y es especial porque sólo tenemos una pareja en toda la sierra, lleva años visitándonos todas las primaveras y reproduciéndose aquí. En la comunidad de Madrid hay unas cuantas parejas más pero están localizadas en la Sierra Oeste donde encuentran su hábitat: el monte mediterráneo. Por lo tanto, el hecho de estar alejadas del núcleo principal, las hace muy valiosas. Me he tomado la libertad de poner una foto de un nido, hecho no habitual en las publicaciones de ornitología; el motivo es que estos nidos se encuentran en el PN de Monfragüe (Cáceres) y son muy conocidos; como decía el director de este enclave extremeño: «probablemente la pareja de Cigüeñas negras más famosas del mundo» Si vais por allí, podréis observarlas desde la otra orilla del río Tajo. Y es algo muy particular, ya que este ave, a diferencia de su prima la Cigüeña blanca, es muy esquiva a la presencia humana; otro factor que las diferencia es que la negra no cría en colonias sino que es territorial.
La Cigüeña negra (Ciconia nigra) es similar en aspecto a su pariente la blanca, ligeramente más pequeña, pero el patrón de colores es muy distinto. Únicamente coinciden en la zona blanca del cuerpo y en parte del ala de color negro. La Cigüeña negra es fundamentalmente oscura: en vuelo y por su parte superior presenta color negro; si la vemos desde abajo, en su parte inferior resalta el color blanco desde el pecho hasta el vientre, el resto de su cuerpo, alas, cuello y cabeza de color negro; cuando le da el sol apreciamos unas irisaciones (reflejos) verdosas en las plumas del cuello y cabeza. La cola es similar, negra en su parte superior y blanca en su parte inferior. Asimismo, sus patas son de color anaranjado y el pico de color rojizo continuándose hacia el ojo que tiene un anillo de este mismo color. Los pollos al nacer son blancos, como se aprecia en la imagen y adquieren tonos pardos en su primer año aunque sin irisaciones.
A partir del segundo año, su plumaje se volverá oscuro, comenzarán a apreciarse algunas irisaciones pero el pico no será aún completamente rojo. Al ser un ave cuya dieta son peces fundamentalmente, construirá el nido cerca de zonas de agua. Una curiosidad en cuanto a la construcción del nido es que, mientras en Europa suelen construirlo sobre todo en árboles, en nuestro país prefieren la roca y existen más nidos localizados en este sustrato que en el arbóreo; la mayoría están en roquedos cerca del río, paredes que llegan o se aproximan al agua. Están formados por grandes estructuras de palos que se refuerzan con hierba y tierra, alternándose en el trabajo los dos sexos; se reutilizan las siguientes temporadas. Existen casos de usurpación de nidos por parte de grandes rapaces, sobre todo buitres. Al ser las cigüeñas aves estivales, cuando regresan a sus territorios el año siguiente se encuentran su nido ocupado y tendrán que construir otro o no se reproducirán esa temporada. El paso prenupcial se produce entre febrero-marzo y el postnupcial desde finales de agosto a mediados de octubre. Hay que resaltar que en el caso de esta especie, tenemos en la península algunos individuos (muy escasos) invernantes que no migran y permanecen todo el año, acompañándoles otros que vienen de puntos más septentrionales de Europa y que tampoco cruzan el Estrecho de Gibraltar hacia África; únicamente realizan pequeños desplazamientos en nuestro territorio y se localizan en las marismas del Guadalquivir, algunos puntos de Extremadura y en el valle del Tiétar.
Tras la cópula, desde mediados de marzo a mediados de abril, se producirá la puesta, normalmente de 3 a 5 huevos que incuban ambos sexos durante algo más de un mes; tras la eclosión nacerán los pollos que permanecerán en el nido entre 60-70 días. Durante los primeros 15 días de vida, nunca estarán solos y siempre habrá un adulto con ellos. A la hora de alimentarles, les dan la «papilla», el adulto regurgita la comida para facilitar la ingesta por parte de los pequeños. Además de peces pueden comer insectos, crustáceos, anfibios, micromamíferos, etc. En España, podemos encontrar esta especie en el cuadrante suroccidental: Extremadura, Andalucía, Castilla la Mancha, Madrid y algunas zonas de Castilla León. Cuando están en paso, podemos observarlas en otras regiones de nuestra geografía. Invernan en el África subsahariana u Oriente Medio. Contamos con unas 400 parejas en nuestro país, apreciándose un ligero incremento en los últimos años. Existen bastantes factores que amenazan su existencia: la degradación de su hábitat por construcción de infraestructuras, la contaminación de las aguas, las molestias humanas (pesca, senderismo, caza fotográfica,…), colisiones con tendidos eléctricos, actividades forestales e incluso algunos ejemplares se han encontrado muertos por disparos. Es un ave considerada «En peligro de extinción» en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. No vayamos a buscarlas, quizás algún día cuando estemos dando un paseo tengamos la suerte de observarlas; dejemos que la pareja de nuestra comarca y su descendencia sigan con su vida y, confiemos que en un futuro algunos de sus descendientes continúen criando en nuestras sierras.

Miguel Ángel Granado
(Coordinador
SEO-Sierra Norte)
Contacto:
seo-sierranortedemadrid@seo.org
FACEBOOK: SEO-Sierra Norte. Madrid