Vamos caminando por una ribera sombreada durante los meses de calor, por ejemplo en este junio en el que se nota ya bastante el estío. Se escuchan diversos cantos de pájaros, en las zonas de agua siempre abundan multitud de seres alados. De pronto, uno nos llama la atención como diferente, además destaca sobre el resto: es un sonido aflautado, característico, suena como un «tiri-oliuuu» muy marcado en la parte final. Miramos hacia donde proviene el trino y no vemos nada; éste se repite constantemente en intervalos de pocos segundos. De pronto, nos parece ver algo que se mueve levemente en las copas de los árboles de un tono amarillo muy intenso; es ella la protagonista: la espectacular oropéndola.
La Oropéndola europea (Oriolus oriolus) es un ave de tamaño mediano, algo mayor que un mirlo. Destacan sus intensos colores, sobre todo (y como siempre en el mundo de las aves) el del macho; es de color amarillo de forma predominante; luce tonos negros en las alas (con una pequeña mancha amarilla a mitad), en la cara a modo de antifaz y en la parte posterior de la cola; las patas son grisáceas y el pico de un rojo apagado, rosáceo; además iris rojizo. La hembra, sin embargo, luce un verde suave parecido al del pito real y por las partes inferiores tonos blanquecinos y tenuemente rayada en la zona pectoral; las alas de color pardo y el pico e iris rosáceo, similar al de su congénere. Los jóvenes son parecidos a la hembra pero con el pico gris e iris pardo.
En este y otros casos, la coloración más discreta de la hembra aporta la ventaja de estar mucho más camuflada, por ejemplo en el caso de que esté en el nido incubando los huevos. Es un ave estival, arriba a nuestra península a mediados-finales de abril. Proviene del África subsahariana y hay paso hacia países europeos más norteños que el nuestro hasta finales de mayo. Los machos llegan una semana o diez días antes que las hembras y establecen sus territorios. Posteriormente y, tras la llegada de ellas, se aparearán y será la hembra la que se encargará de construir su curioso nido, un pequeño cuenco colgante, aprovechando una pequella horquilla entre las ramas de algún árbol (normalmente caducifolio), donde mezclará materiales como corteza de árbol, hierba seca y telas de araña. Pone de 3 a 5 huevos, hace una única puesta aunque, si fallara ésta, puede efectuar una segunda puesta de reposición.
El periodo de incubación es de algo más de dos semanas y en esta tarea se alternan ambos sexos, así como en la ceba de los pollos, que abandonarán el nido tras 15-20 días desde que vieron la luz. Su alimentación se compone principalmente de insectos, sobre todo orugas; entrado el verano pueden comer grandes cantidades de frutos como higos, cerezas, moras,…,que le aportarán un gran contenido energético de cara a la migración postnupcial. Este ave monógama, se encuentra repartida por toda la península, infrecuente a partir de 1600 metros de altitud y escasa por encima de los 1100; su hábitat preferido son los bosques de hoja caduca, preferiblemente sotos pero tampoco desprecia robledales, frutales e incluso dehesas de alcornoques; eso sí, necesita zonas aclaradas; en los bosques cerrados no se encuentra. En nuestra comarca la podemos observar en cualquier zona de agua, personalmente el otro día vi un ejemplar en la localidad de Prádena del Rincón.
La Oropéndola es bastante tímida y esquiva. Sin embargo, son muy agresivas con otras aves que penetran en su territorio, especialmente con los córvidos, cucos, además de rapaces como los cernícalos, de mayor tamaño y más poderosos. La presencia del Busardo ratonero le afecta mucho; en zonas donde aquél abunda, como en el norte de España, se vuelven ruidosas continuamente y su presencia no es difícil de detectar. Comienzan la migración postnupcial a primeros de agosto, aunque será a finales de este mes cuando se concentra más el paso hacia sus cuarteles de invierno en África. No se conocen amenazas para esta especie y aparece como «De interés especial» en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas. Os recomiendo que si la escucháis, intentéis localizarla, normalmente en la parte alta de los árboles, si llegáis a verla, os llamará la atención. Un toque de color tropical en nuestros bosques durante el periodo de buen tiempo.
Miguel Ángel Granado (Coordinador SEO-Sierra Norte)
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