Luis Fco. Durán Carretero
Bueno, pues resulta que no me equivoqué en el artículo pasado y, estos gavilanes, van a seguir anidando entre nosotros y seguir alimentándose de nosotros…
Estos Gavilanes, siguen con la misma táctica de saqueo psíquico y emocional de todas las palomas y Gallinas, que les rodean. Sus graznidos, cada vez más histriónicos, están diseñados para amedrentar y confundir a todos los que pretendan volar. No quieren palomas que puedan surcar el cielo y ver lo que hay más allá, solo quieren gallinas, que estén siempre a ras de suelo, escarbando la tierra y poniendo huevos, para que ellos se puedan alimentar, de los huevos y de los polluelos, que, con el tiempo… también escarbarán la tierra y pondrán huevos…para ellos.
Esto está demostrado palpablemente en las últimas elecciones. Los Gavilanes se han metido pal cinto los huevos que supuestamente les correspondían, por sus supuestos esfuerzos denodados, por crear un Espíritu Santo, otra ave, a fin de cuentas, un Pichón, según cuentan, que condujera, con éxito el futuro de todos al país de las maravillas. No lo han conseguido, no, pero lo huevos que se han llevado por no hacer lo que les correspondía, no los han devuelto ni se les espera. ¡¡Qué «Cucos»!! ¿Eh?
Pues no ha habido suerte. No se ha podido conseguir que estas aves, coincidieran en la construcción de un nido comunal en el que cupieran todos, ya sean Gavilanes, Palomas o Gallinas Ponedoras. Pero no contentos con eso, ahora vuelven a sacar el pico a paseo, para seguir graznando alto y con vehemencia, ‘para que Palomas y Gallinas sepan que buche tienen que llenar. Por lo pronto, ya ha habido una congregación de distintos pájaros, Búhos Chicos, Alcotanes, algún Azor y como no, algunos Aguilillas, que a la sombra del ala protectora del Gavilán colilargo, van a ir cogiendo huevos poco a poco, para intentar conseguir la cesta entera. Lo que pasa es que esa cesta tiene demasiados Gavilanes alrededor, azules, rojos, naranjas y morados arcoíris y, en ella, porque todo cansa, van quedando pocos huevos para repartir…
Y, es que sucede, que las Palomas quieren disfrutar del cielo como los Gavilanes y, las Gallinas, quieren poder cacarear de felicidad con otra puesta, sin pensar que de ese huevo, nada más ponerle, le quitan medio…se están cansando de que les escueza el culo y no disfrutar del fruto de su sufrimiento…
Porque Gallinas y Palomas pueden compartir entorno, espacio y pienso, pero con Gavilanes de por medio, ya no hay desarrollo, ni libertad, ni crecimiento…solo miedo a la sombra de su vuelo.
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