En un radio de apenas 15 kilómetros entrono a La Cabrera-El Berrueco y Torremocha-Patones tenemos una excepcional diversidad de rocas y edades geológicas (única en la península) y escenarios clave en la evolución de la vida de valor educativo y turístico, con un abanico de edades que abarca desde el primario al cuaternario. En la Uniposible vamos a trabajar estos recursos con un doble objetivo: pedagógico, explicar de modo divulgativo para entender la historia de la vida y las principales rocas de nuestro entorno; y como oportunidad de impulsar un geoparque, una figura de protección desarrollo territorial que todavía no existe en Madrid y que pudiera dar continuidad a la protección al sureste del actual Parque Nacional de Guadarrama.
En las serretas de La Cabrera y El Berrueco, tenemos afloramiento de gneis y granito, que se formaron en la edad primaria o paleozoica hace 500 millones de años. Era la época en que se estabilizó una atmósfera de oxígeno y se pudo producir una importante explosión de vida en los océanos. El momento de hegemonía de los artrópodos marinos en el que se conoce como explosión cámbrica.
Las pizarras que afloran hacia el sur fueron formadas en el silúrico hace entre unos 400-450 millones de años coincidiendo con la lenta ocupación de las tierras emergidas por los primeros insectos y de los primeros peces. Más al sur, tenemos las crestas de las calerizas o calizas, que se formaron hace unos 80-60 millones de años en la edad secundaria o mesozoico. Durante el cretácico el planeta estaba dominado por los grandes reptiles, entonces nuestra comarca estaba en una zona de aguas marinas poco profundas, donde se depositaban lomos que se convertirían posteriormente en estas rocas calizas.
En el terciario o cenozoico, oligoceno, hace unos 30 millones de años, tenemos los terrenos que en las campiñas se conoce como «carne de vaca» por la alternancia de veta blanca de los yesos con arcillas rojizas. Estos materiales conforman los cerros y páramos que se ven enmarcando el curso del Jarama. Estos yesos se formaron en el fondo somero de una gran laguna con un clima subtropical y un paisaje dominado ya por los grandes mamíferos (similar a las actuales sabanas africanas). Hace unos 25 millones de años, ante el choque de la placa africana y la europea que comprimió a la península, estos materiales se rompieron y se plegaron dando su pendiente actual a las calerizas. Con posterioridad, hace aproximadamente dos millones de años, se formó un suave glacis, como los actuales del Serengueti, del Berrueco hasta la Alcarria. Está formado por arcillas rojizas que conforman las rañas que marcaron el nivel de los páramos de Uceda y la campiña de Guadalajara al otro lado del Jarama. El profundo valle del Jarama, o del Henares se abrieron en el transcurso del último millón de años, en un ambiente más frio, coincidiendo con que la península basculó hacia el Atlántico y se conformó la red fluvial por la que se fueron vaciando lentamente estos materiales hasta la desembocadura del Tajo.