Luis Fco. Durán Carretero.
¡SI! Así comenzamos este artículo, mi boli y yo.
Nos referimos a la última ostia visible para todo el mundo, que ha dejado la patética ley del menor, no me da la gana poner mayúsculas. Porque mayúsculos son los destrozos y barbaridades que hay que aguantar acosta de esta ley. Esta ley se supone que es para que estén protegidos los menores…y quien nos protege de ellos?? Nada ni nadie.
Espero que el guantazo traicionero que se llevó el señor Rajoy, haga pensarse a todos los políticos la necesidad de cambiar esa ley, que tanto mal está haciendo, Marta del Castillo, la niña de Leganés, violada y quemada por unos «menores» por ejemplo.
¿Cómo es posible? Que por que tengas diecisiete años y trecientos sesenta y cuatro días, puedas cometer un delito grave y no te pase nada, porque eres menor de edad y con cuarenta y ocho horas más, se has un delincuente…¡¡pero como coño se come eso!!.
Vamos a ver, esto significa que un escueto neuronal, siendo comedido en la expresión, la que me gustaría utilizar es H D P (hijo de la pantera rosa), adquiere «cordura», para ser juzgado como lo que es un H D P.
Hay cientos de casos, por no decir miles, en los que estos descerebrados, abusando de que no les puedes regañar, ni fotografiar, ni…darle un guantazo. ¡Ah! cuanto bien hace un guantazo en un momento dado, y el que diga que no, es un mentiroso, porque a todos los de nuestra generación nos han dado alguna galleta, y no dé María Fontaneda y, nos ha venido al pelo y…no nos ha pasado nada, muy por el contrario hemos aprendido a respetar, cosa que ahora es muy difícil de encontrar. Primero, porque como estas criaturas que estamos criando, para habla con ellos hay que hacerlo por alguna «red social,» que manda güevos el nombrecito…SOCIAL…de qué? Antes cuando se utilizaba esta palabra, era para ver gente reunida, contándose batallas o lo que se terciara. SE REUNIAN Y CHARLABAN DE LO QUE FUERA. Y ahora quien se reúne con quien en una «RED SOCIAL»…NADIE. Que mierda de SOCIELDAD.
Bueno, pues desde aquí pedimos, mi boli y yo, que cambien de una vez la ley de protección del menor, para sentirnos protegidos los mayores…y los que vivimos a su alrededor…sobre todo, para que no se vayan de rositas y paguen por lo que hacen y, por supuesto, con arreglo al tamaño de su acto y no de la edad que tienen.
P.D. Pues eso, que ¡¡feliz vida!!, que un año es muy poquita cosa y se pasa en un pis pas.
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