Escribimos desde la Asociación Vecinal de Puentes Viejas para denunciar una situación que nos parece lamentable y vergonzosa. Es en relación a la gestión que el ayuntamiento hace de la cesión de los espacios públicos municipales.
Somos una asociación de reciente creación que, además de actividades sociales y culturales, realizamos también una acción política al habernos constituido en los últimos comicios municipales como agrupación de electores bajo las siglas AIPV (Asamblea Independiente de Puentes Viejas), contando en la corporación con dos concejales que conforman el grupo de oposición al equipo de gobierno del Partido Popular.
Una de las actividades fijas que realizamos son asambleas vecinales abiertas, en las que entre otras cosas se ponen en común los asuntos propios de la gestión municipal, así como los temas que mensualmente son tratados en el pleno. De esta manera, los concejales trasladan al consistorio, como portavoces de la asamblea, las decisiones adoptadas colectivamente.
Estas reuniones, que tienen una periodicidad quincenal, necesitan un espacio donde realizarse. Y esta es la cuestión que queremos denunciar. Reiteradamente hemos solicitado el uso de la casa de cultura en Mangirón y reiteradamente el alcalde nos lo ha denegado, lo que a nuestro entender vulnera nuestros derechos fundamentales de participación, al tratarse de un espacio público que debería favorecer el desarrollo de la vida social y cultural en nuestro municipio.
Cuando en enero de 2011 comenzamos con las reuniones vecinales, el alcalde, Gabriel Ramírez Sanz, nos facilitó el uso de este espacio. Sin embargo, al ver que surgía una alternativa electoral, comenzó a ponernos dificultades. Después, con el buen tiempo, nos reunimos en el parque. Durante el invierno y ante la presión del grupo municipal, no tuvo más remedio que ceder un espacio y nos estuvimos congregando en el antiguo lavadero de Paredes de Buitrago. Eso sí, a 10º de temperatura y sin un triste retrete, además de suponer mayor desplazamiento. Condiciones duras, y más teniendo en cuenta que a estas reuniones asisten familias con sus criaturas.
Las excusas para denegarnos el espacio son de lo más peregrinas. Cuando se pudo se justificó con el traslado de una parte de las instalaciones (se estaba cambiando de lugar la sala de ordenadores para uso público), aunque era una situación claramente manejable. Después se argumentó con el problema de la clave de la alarma, por la «imposibilidad» de darnos la clave (cuando se le da sin problemas a cualquier persona ajena al municipio que venga a impartir talleres o clases) y porque no habría nadie del ayuntamiento en horario de tarde para ir a abrirnos (cuando en el lavadero de Paredes la situación es idéntica y se avisa a los vecinos que sí tienen la clave para que vengan a abrirnos). Parece que en el municipio viven dos tipos de personas, las «normales», a quienes se puede confiar la clave, y las de la asamblea/oposición, que no son de fiar. También han llegado a decir sorprendentemente que es porque no se cede el espacio para uso privado.
Ahora que ya ha comenzado el frío, una vez más se nos vuelve a denegar la utilización de este espacio público, a pesar incluso de que este año se aprobó una ordenanza municipal que regula el uso de los espacios municipales. Aunque grava con 50 euros de tasa su utilización, deja exentas del pago a las asociaciones sin ánimo de lucro. Es decir, incumplen su propia ordenanza.
Por eso realizamos este escrito y nos dirigimos al defensor del pueblo: para que salga a la luz pública nuestra situación y podamos alcanzar un justo acuerdo.
No les basta con el cierre de los puntos de lectura y la ausencia de programación infantil. Además, se proponen boicotear cualquier iniciativa social. Parece ser que, social y culturalmente, Puentes Viejas continúa siendo la sierra pobre.
Asociación Vecinal de Puentes Viejas y grupo municipal AIPV.
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