El viernes 3 de octubre en el palacio Vistalegre de Madrid fue la velada del año. Llenazo de público y mucho y buen boxeo de principio a fin. Interesantes los tres combates amateur que hicieron de aperitivo del menú boxístico. El plato fuerte lo constituyó el invicto madrileño Nicolás González, vigente campeón de España del superligero, que se hizo con el cinturón de campeón Mediterráneo del Consejo Mundial de Boxeo (WBC), tras derribar con un crochet de derecha al serbio Petar Zickovic (17-0-1) que le había puesto en serios aprietos hasta mediado el tercer asalto.
El mismo crochet de derecha, contragolpeando, derribo a su oponente por segunda vez antes de concluir el tercer round. A criterio del juez, Zivkovic no presentaba síntomas de recuperación concluida la cuenta reglamentaria. Éxito para el de La Cabrera que presenta un inmaculado récord de 15-0-0.
El aspirante al título de la Unión Europea del supergallo, Angel Moreno, ganó a los puntos, y con más dificultades de las previstas, a un persistente Javier Venteo. En el peso wélter, el invicto Nabil Krissi hizo valer su condición de favorito ante un corajudo Michael Oyono que no cedió hasta que el juez se interpuso para decretar KO técnico. El bilbaíno Jon Fernández, 20 años, sorprendió al invicto madrileño Rubén García al vencerlo por KO en el primer asalto. La batalla de la noche la protagonizaron el aspirante al cetro europeo del superpluma, Ruddy Encarnación, y el rocoso mallorquín Santiago Bustos: acción, intercambio y alternativas del primero al octavo y último round con victoria por puntos para Encarnación. En el único combate a cuatro asaltos, los madrileños Luis Espinosa y Abel García hicieron nulo tras un pleito intenso e igualado.