NI DIOS NI AMO

 

 

 

Francisco Cerdeño Isabel (Concejal IU Ayuntamiento Buitrago del Lozoya).
Cuando el presidente de un banco, que cobra, literalmente, mil veces más que el salario mínimo, se decide a repasar el estado social del país, incluso se atreve a dar consejos de cómo llevarlo, y lo hace tras dejar bien claro que el «no tiene ideología», quiere decir que, mientras pueda seguir robando, mangoneando y explotando, a él le da lo mismo quien gobierne.
Años atrás, en la época en que no había ideología, significaba que eras una persona vencida por el miedo, resignada a ser un vasallo, a golpe de tanto horror como había visto u oído contar. Cuando esa misma persona, u otra parecida, al llegar ese largo periodo de nuestra historia que vino para transitar y no acaba nunca de hacerlo, decía que no entendía de eso o que era independiente venía a querer decir que si no estaba decidida su postura, en caso de tener que decidirla, era porque seguía teniendo miedo a que si lo hacía pasara algo que cortara las mínimas alas que estaban creciendo en su recién estrenada libertad. Y ahora, perdido el miedo a la cárcel y al golpe de estado, aunque sustituido por el que acarrea el paro y la pobreza, nuestra persona, la misma o parecida, se rebela contra las ideologías y proclama que han muerto, asegurando que son cosas del pasado y que ya no importan, que no tiene sentido hablar de izquierdas o derechas porque el mundo ha cambiado. Y se equivoca: cuando ese banquero, que dice no tener ideología, ve su negocio saneado a costa de las arcas públicas, esto es gracias a lo que todos aportamos para el bienestar social, que no al suyo. Dado que este dinero genera una deuda al Estado que tenemos que pagar entre todos, como no tiene ideología, es el mismo el que compra esa deuda, con lo que es el mismo quien cobra el dinero de los intereses que asfixian al país.
Cuando la persona, la misma o parecida, que dice que es lo mismo Izquierda que Derecha, se queda sin trabajo, o por causa de la deuda que tenemos que pagarle al banquero bajan las ventas de su negocio, nadie viene a ayudarle: No puede pagar la hipoteca y se queda sin hogar, no puede pagar la matrícula de la universidad o los libros de sus hijos y estos se quedan sin un futuro digno al no poder estudiar, o el estado no puede pagar todas las medicinas que se necesitan y se queda sin Salud, entonces el banquero, que no tiene ideología, dice que hemos vivido por encima de nuestras posibilidades, que hay que moderar los salarios: los nuestros, el suyo aumenta, y que graciosamente, va a ver si en vez de diez desahucios diarios lo puede rebajar, con magnánima caridad, a ocho. De nada vale que un gran tanto por ciento de esas viviendas que ha robado, pertenezcan ya a lo público, ya se encargara el de colocar a los gobernantes de turno en alguna de las empresas que controla su banco cuando estos dejen su cargo, así se asegura que, desde la administración del país, nadie le impida el saqueo.
Por más que se empeñen en hablar del cambio de era y la muerte de la historia, por más que se loe a un futuro desprovisto de cargas del ayer, sigue habiendo solo dos maneras de entender el mundo, al menos mientras exista una sola persona que pase hambre, una consiste en pensar que es licito vivir del sufrimiento de los demás, y la otra que no, una cree en la acumulación de bienes y la otra en el justo reparto. Solo existen esas dos maneras, aquí sí que el asunto es blanco o negro, no caben grises ni otros colores, no hay una tercera manera: callar o desentenderse es aceptar la primera, elegir una de las dos es «TENER IDEOLOGIA».
El banquero ha elegido desde hace tiempo la suya, nosotros está claro cuál deberíamos elegir, pero eso sí, recordando que solo hay dos: las siglas, las estrategias son otra cosa.

 

 

 

Sé el primero en comentar sobre "NI DIOS NI AMO"

Dejar un comentario

Tu dirección email no será publicada.


*