A sus 47 años, vive a caballo entre Madrid y Torrelaguna. Es Psicóloga y psicoterapeuta de adultos y adolescentes; formadora y coordinadora de grupos de Desarrollo de capacidades y habilidades personales. Desde hace dos décadas ayuda a las personas a desarrollarse, sentirse satisfechas con quienes son y la vida que llevan. Desde su casa, en Torrelaguna, quiere montar una academia de Permacultura. Además, se encuentra inmersa en el desarrollo de un ciclo de talleres prácticos para la inteligencia emocional.

¿Cómo comenzaron tus proyectos?
Empecé trabajando para empresas, asociaciones, universidades y colegios profesionales. Ayudaba a que las personas desarrollaran habilidades, sobre todo a nivel profesional: Comunicación en la empresa, motivación, como presentar ideas en público, habilidades directivas,…Poco a poco fue germinando la idea de ofrecer cursos parecidos a los que impartía con un enfoque más personal. Crear un espacio donde se desarrollaran recursos para sentirse bien con una misma y otras personas. Un aprendizaje voluntario, muy centrado en desarrollar capacidades para desenvolverse en la cotidianidad, en el día a día, donde cada cual pudiera enfocarse en lo que necesitara, ir a su ritmo y donde existiera la posibilidad de atención individual si fuera oportuna.
Comencé ofreciendo el taller de Asertividad y  poco a poco lo fui complementando con otros hasta llegar a formar un ciclo de 5 talleres: Autoestima, Asertividad, Comunicación, Regulación de conflictos e Inteligencia emocional que venimos desarrollando desde hace 10 años. Por la forma en que se ha ido diseñando los cinco talleres tienen una continuidad entre sí, de forma que un taller profundiza, reafirma, y complementa el taller anterior. Mejor hacer el ciclo completo pero también se pueden hacer de forma separada y al ritmo que se elija .
Y el proyecto en Torrelaguna…
Hace cerca de cinco años compré una casa cerca de Torrelaguna con la intención de dar allí los talleres que realizo en Madrid. Me hacía mucha ilusión abrir mi casa a las personas con quienes estaba trabajando. Entonces conocí la permacultura. Me gusta porque integra un montón de saberes, incluye el cuidado de las personas, de sus entornos, físicos y sociales, y tiene una visión que incluye el desarrollo en el tiempo. Me gusta también porque busca potenciar la vida apoyándose en las sinergías que existen entre los distintos elementos de los entornos: la casa, el huerto, el terreno, el sol, el agua, los animales… Es lo mismo que hago en mi trabajo, potenciar la vida dentro de las personas y favorecer relaciones sanas y potentes con otros.
Estoy con la idea de crear una academia de permacultura en casa. En Septiembre hemos dado el primer taller, lo ha impartido Antonio Scotti. Han asistido 25 personas y algunas han quedado en lista de espera. El taller ha estado fenomenal y me ha encantado abrir un espacio para eso. Nos planteamos repetir otro taller de introducción para primavera y empezar con uno de diseño.
Mientras, sigo con mis talleres en Madrid. Me encantaría que llegara el momento en que pudiera darlos en la sierra, incluyéndolos como una parte de la permacultura: el cuidado de las personas.
¿Necesitamos más ayuda de la que pedimos?
Creo que si. Estamos educados en la autosuficiencia. Nos parece que somos mejores cuando lo hacemos por nosotros mismos. Nos sentimos más valiosos, nos creemos más. La autosuficiencia es una falacia, una mentira más del modelo que nos deja muy solos, intentando resolver por nuestros medios cosas que no podemos o sería mucho más liviano y divertido resolver con otros. Nadie es autosuficiente. Todos vivimos gracias a lo que otros no han dado y nos siguen dando: alimento, techo, trabajo, dinero, sexo, cariño, compañía, calidez, diversión,…. Hay muy pocas veces y en muy pocas cosas nos valemos por nosotros mismos pero nos empeñamos, está grabado a fuego en nuestro interior.
¿Cómo colaboras en el crecimiento de la gente?
Escuchándola, intentando ponerme en su lugar, agradeciendo que estén dispuestas a compartir conmigo su intimidad, acompañándoles con la mejor intención, poniendo toda mi experiencia, formación y potencial a su disposición, sirviéndoles de espejo, aportando herramientas que creo que puedan ayudar, con alegría, con dolor, con rabia, con miedo, con ternura…
Imagínate la sierra dentro de 10 años… ¿cómo te gustaría?
Lo que más me gustaría es que lo que hubiera fuera producto de lo que cada persona hubiera descubierto dentro de sí. Me gusta imaginar que eso podría suponer: Consumir menos, contaminar menos, cuidarnos más a nosotros mismos y a los demás. Encontrarse con la sencillez, apreciar lo que «tenemos» mientras lo tengamos, no sólo lo material, nuestros cuerpos, nuestros ojos, nuestras narices, nuestros amigos, el sol, el viento, el agua, los animales, las flores, los hijos, el sexo…aprender de nuestras emociones, crear relaciones intensas y nutritivas, que nos den apoyo y nos hagan crecer, organizarnos para intercambiar y satisfacer necesidades, apreciarnos, ser honestos, poner límites y defendernos cuando lo necesitemos.
No creo que de tiempo en 10 años, quizá nunca ocurra, o quizá dentro de mucho aunque tal y como están las cosas a nivel económico creo que nos lo están poniendo fácil. Me refiero a la crisis y lo que queda por venir, el petróleo cada vez más caro, la escasez de agua,…parece que nos va a tocar decrecer en consumo queramos o no. Y esto nos va a obligar a buscar otras formas de vida y de relación. No solo en la Sierra, aunque en  la sierra lo tenemos más fácil que en las grandes ciudades porque somos menos, nos conocemos y estamos algo más vinculados que en la ciudad entre nosotros  y con la naturaleza.

Fran Sueiro