Josele nació en Alcobendas hace 41 años, pero toda su vida la recuerda en Gascones a donde se fue a vivir de chiquillo. Combina su trabajo en los retenes forestales con su verdadera pasión, la bicicleta. Esto le ha hecho emprender un negocio de venta y reparación de bicicletas en la Cabrera, De Rueda a Rueda además de competir en bici de montaña y triatlón. Con él hablamos de un estilo de vida y de lo que significa emprender en tiempos de crisis.

¿Qué es para ti la bici?
Es una forma de vida. Recuerdo la bicicleta siempre presente en mi forma de vivir. De pequeño, era mi transporte, nuestra manera de movernos. En bicicleta íbamos a todas partes. A echar una mano, a comprar, a por un cordero recién parido, a ligar con las chicas de Braojos… No me imagino mi vida sin bicicleta. Cuando éramos pequeños, en Gascones había un montón de niños y todos nos movíamos en bicicleta. Por eso cuando decidí abrir un negocio sabía que tendría que ver con la bicicleta, porque me he pasado toda la vida con ella, a veces encima, a veces debajo y ahora dentro de ella.
Esa pasión te ha llevado a competir…
Compito en triatlón, en media y larga distancia, he sido subcampeón de la Comunidad en mi categoría. También corro en Mountain Bike. Es la trayectoria habitual de cualquiera de los que nos ha apasionado la bicicleta. De jóvenes teníamos BMX, luego pasábamos a la bicicleta de carretera…
Ahora uso sobre todo la de montaña, porque es más polivalente y me permite subir al monte, disfrutar de otra forma…
Mi primera bicicleta buena fue una Marín que importé de Estados Unidos… me costó más de doscientas mil pesetas. Anda que no tuve que cargar paja aquel verano para pagarla…
¿La bicicleta está de moda?
Yo creo que lo que está en auge es practicar deporte. Es mantenerse en forma lo que está cobrando importancia. Recuerdo una época de mi vida en la que me llevaba la bicicleta al trabajo y aprovechaba la hora de comer para salir. En aquel entonces parecía un chalado, ahora lo hace mucha gente. La bici cobra importancia, pero porque crecen todos los deportes y la forma de practicarlos.
¿Cómo se te ocurrió emprender el negocio?
Por la falta de trabajo estable. Llevaba muchos años sin trabajar de forma estable y ya no sabía que hacer. Así que un día dando un paseo se me ocurrió y se lo conté a mi familia…
Arreglar bicicletas es algo que se hacer desde siempre y preparaba las bicis de mis amigos en el garaje de casa. Así que pensé que este podía ser mi camino, hacer algo que se que hago muy bien, para lo que valgo y disfruto.
¿Emprender es fácil?
No. Desde los gobiernos nos lo venden como algo muy fácil y no lo es. Al principio la cuota de autónomos es de 50€ pero enseguida viene el palo convirtiéndose en una carga difícil de asumir. Y luego las ayudas de la Comunidad no son lo que parecen. Tienes que invertir una gran cantidad de dinero y adelantarlo… Yo creo que para montar un negocio no puedes contar con las administraciones. Eres tu solo y si funciona bien.
¿Cómo te planteas el futuro?
Llevamos siete meses abiertos y todavía es difícil valorar… Cada vez nos conoce más gente, cada vez son más los que saben que estamos en La Cabrera y confían en nosotros. La gente confía en mi porque saben que conozco los productos que vendo, porque los he probado, que no hablo desde la teoría.
Y en la Sierra somos los únicos que nos dedicamos a la bicicleta, si no es aquí tienes que bajarte a Madrid. Intentamos fomentar esa cercanía, ser serios en los plazos de entrega y en el trabajo. Incluso nos desplazamos a por las bicicletas a domicilio. Es mucho trabajo, mucha dedicación. Mi mujer, Ester, también está muy implicada… Nos hemos empeñado en vivir de esto y vamos a intentarlo.