Vivimos, o por lo menos lo intentamos, en un país de partidos y de cantamañanas y de un montón de cantamañanas por partido. Tenemos, sufrimos y mantenemos a una caterva de partidos variopintos y, variopintos son sus desmanes. Desmanes que nos cuestan vidas y sufrimiento. Son así.

Estamos gobernados por dieciocho Gobiernos. Las diecisiete Comunidades y Gobierno Central. Total unos setenta mil y pico políticos a mantener, más sus correspondientes asesores. Otra parva. Coches oficiales y choferes por coche.

Quiere decirse que tenemos una cantidad desorbitada de cargos públicos doblados y todo por la creación de las dichosas Comunidades Autónomas. Estas se crearon para dar a cada una de ellas autonomía territorial, con ordenamiento jurídico constitucional, con representantes propios y determinadas competencias legislativas, ejecutivas y administrativas. Claro como un Gobierno que nada más tiene veintitrés ministerios, con algún súper ministro que tiene tres carteras. Menos mal, que si no nos enchufan otros dos satélites más. Más sus respectivos asesores…

Uno de los mayores problemas de esta especie de federalidad interna es la burocracia. La burocracia es una de las mayores lacras que sufrimos, pero cuando ocurre una catástrofe tan  dramática, como la que estamos sufriendo, la burocracia y su aplicación por los diferentes gobiernos nos da la puntilla.

En tragedia como esta y los “RESPONSABLES”  de turno se dedican a quitarse responsabilidades, escurriendo el bulto y echándose las culpas los unos a los otros. Mientras, la gente pierde sus casas, sus bienes, sus sueños se ahogan. La gente  muere. No pasa nada. Lo importante para estos miserables es sacar rédito electoral de las lágrimas de la gente. Lo normal cuando piensas en ti, tu partido y para nada en la gente. Da igual las siglas, no tiene ninguna humanidad, para ellos, somos votos y si no es así no somos nada.

Como es posible que debido a la burocracia la UME tenga que esperar a entrar en la zona porque no tiene LOS PERMISOS RESPECTIVOS. ¡Permisos! Me cago en los permisos, en la burocracia y en la madre que los parió. Por lo visto el señor Presidente Comunitario, estaba a otras cosas, también importantes para él, no para su gente. El señor Mazón es un incompetente como la consejera de justicia e interior, Salomé Pradas, que tampoco conocía el sistema ES-Alert, que permite a las autoridades enviar mensajes directos de manera masiva a los teléfonos móviles de una determinada zona. Ya tenían que estar fuera de consistorio valenciano los dos. Espero que cuando salga este artículo, esta gente sean cosa del pasado. 

Pero vayamos por partes, porque aquí hay mucha gente que la ha cagado.

No solo éste prenda tiene culpa. Vamos a ver señora Ministra de Defensa y el señor Ministro de Interior tienen mucha culpa. Me explico.

Si a un partido de futbol de mediana o fuerte rivalidad, se mandan una media de mil quinientos policías. ¿Cómo se explica? No hay forma de hacerlo. Que el Gobierno estatal mande quinientos militares a un sindiós como este. ¿En qué cojones estaban pensando ustedes también? También tendrían sus cositas particulares. Y, que como al anterior les pilló un poco a trasmano. Ustedes cobran un pastizal porque los ciudadanos que pagamos sus elevados sueldos, sus consejeros y demás personajes que les rodean, estemos tranquilos, porque se supone que ustedes vigilan nuestra seguridad y nuestro bienestar. ¡Pa caparles! pero sin anestesia. También se les supone información de primera y única mano, para que estas tragedias, sino se pueden evitar, por lo menos se minimicen. ¿Cuántos soldados tenemos en diversos países, jugándose el tipo por causas que a la gente de a pie y de aquí nos importa una mierda? Una burrada… Para mandar a estos contingentes, no hace falta burocracia, simplemente se comenta y hasta luego Lucas. Nos hacen falta aquí a nosotros y mandan quinientos. Vale, luego en un alarde de corporativismo nacional mandan mil quinientos, de ellos una escuela de formación militar. Y, hablando de burocracia, ya veremos cuando les llegan las supuestas ayudas a esta gente, porque, claro, con la burocracia hemos topado y entre unos y otros, más los papeleos veremos cuanto más sufrimiento les infringen a las víctimas.

Por cierto, los alumnos de la escuela militar, han dejado el pabellón bien alto.

Pero ¿quién se ha tirado al barro? Quien va a ser. Los de siempre, La gente del pueblo, la gente llana, los que les importa su vecino, su barrio, su gente,

Los que dan lo que no tienen, los que sufren en sus carnes las desgracias de sus vecinos, porque también son las suyas, porque les duele, porque las sienten. Porque es su vida y, en su vida está incrustada todas las vidas que les rodean.

Yo soy de esa gente llana que cometemos errores. Sobre todo si nos obligan a cometerlos, por falta de información. De los que, igual, cuando saltó la alarma roja no hice ni puto caso a ella. Que va a pasar…

Yo deseo que sea la última vez que yo no hago caso a una alarma. Yo deseo que de una  vez por todas tengamos políticos acordes con nuestras necesidades, no chupópteros, ni cantamañanas, ni chorizos, ni payasos, ni vendehúmos, ni gilipollas, ni artos de copas, ni sobraos de altura o anchura pero faltos de inteligencia, aunque gasten un ochenta de perímetro craneal. 

Yo deseo que salgamos lo antes y mejor posible de esta pesadilla.

Deseo que no aparezcan más muertos. Deseo que el recuerdo de esta desgracia  pase pronto al olvido de las familias que lo están sufriendo. Un sufrimiento que será difícil de olvidar, que pesará en el tiempo.

Ojalá y nadie lo tenga que sufrir más, porque olvidar no será tan fácil.

Pero nosotros tampoco os olvidaremos  a vosotros. Ni por supuesto, a los que no han hecho nada por evitar esta tragedia.

Salud 

P.  D. Escrito el 8-11-2024. También tengo claro que no habrá ninguna dimisión por ninguna parte. Cualquiera pierde el momio político e institucional…

                                                                         Luis Fco. Durán Carretero.