Luis Fco. Durán Carretero. 

Vivimos en un país en el que lo fácil es ponerse medallas, bueno menos en las olimpiadas. Ahí cuesta un pelín más. Estas medallas, que algunos se cuelgan, sean por méritos propios o ajenos, el caso es que el pecho luzca resplandeciente y que el brillo que desprende ciegue y obnubile al personal.

De que los medallistas estos estén tan contentos con sus medallas, es por sus “logros”. El paro está supuestamente en el punto más bajo de los últimos años. Luego están los fijos discontinuos, que no contabilizan porque no suman medallas. La economía va como una moto. El nivel de popularidad a nivel mundial, es tremendo. 

Luego llega la realidad del personal de a pie. De a pie como nunca, lo llenar el depósito de la gasolina San Sejodio Marchena, con los precios a los que está el combustible. ¡Medalla!

Este verano ha sido la constatación de lo bien que estamos. La gente ha salido de vacaciones pensando más en como volver, que poder gastar. ¿Por qué? Porque no hay pa más, lamentablemente. ¡Medalla!

A los españoles nos gusta la juerga, la buena mesa, el buen vino, pero claro, todo eso hay que pagarlo, pero ¿cómo? Si está el personal más tieso que la mojama. Otro producto espectacular, pero que solo podemos darle lametones a las etiquetas…es lo que tiene lo bien que va la economía de los del segundo escalón. Si en este país se ha conseguido que solo haya dos peldaños. Los ricos, los políticos, que también son ricos y si no lo serán, por eso están en el mismo escalón y nosotros. ¡Medalla! Nosotros los del segundo escalón, tenemos que mantener dos familias, las nuestras y la de los políticos que cobran de nuestros impuestos. Desorbitados y variados. ¡Medalla!

Luego está lo de la popularidad estratosférica que hemos conseguido a nivel internacional. Tenemos a la señora Calviño y al señor Borrell en puestos europeos  muy destacados y haciéndolo muy bien. Pero luego tenemos una vergüenza nacional, que trasciende fronteras, por la que asaz de países se están partiendo el culo con el tema. Me refiero al pelo mocho. Un prenda huido de la justicia y que tiene acojonado al Gobierno en general. A las pruebas me remito. O sea que viene el prenda este entra en España, lo saben todos, por donde va a entrar, donde va a dar un ¿MITÍN? que le manda güevos y ningún estamento policial ¿lo detiene? Esto es una tortilla al acojone. Unos no han tenido huevos, otros no han traído patatas, todos han perdido aceite y ninguno ha puesto la sartén para freír a este cantamañanas, que se está riendo de todos nosotros y encima se le paga por ello. ¡Más medallas! 

Bueno pues me voy a poner un poco de colirio, porque tanto resplandor me está dejando ciego y yo, quiero ponerme ciego de ágapes continuados y buen vino en fina copa y no rebosando.

¡Salud!