La Comunidad de Madrid ha destinado desde 2008 más de 87 millones de euros para el impulso de proyectos o iniciativas vinculadas al desarrollo de las zonas rurales. Se trata de ayudas cofinanciadas por la Administración General del Estado, el Fondo Europeo Agrícola de Desarrollo Rural (FEADER) y el propio Gobierno regional, y que están contempladas en el marco del Programa de Desarrollo Rural, cuya ejecución presupuestaria concluirá al término de 2015 y alcanzará los 130 millones de euros.
El Consejo de Gobierno conoció el informe relativo al balance de actuaciones del Programa, cuyos objetivos pasan por favorecer el aumento de la competitividad de la agricultura y la silvicultura y mejorar el medio ambiente, el entorno rural y la calidad de vida de estas áreas, así como diversificar sus economías. Gracias a esta línea de ayudas, más de 80 jóvenes han podido incorporarse en este periodo a la actividad agraria, una cifra que superará el centenar en 2015, convocatoria en la cual ya se han presentado 37 solicitudes.
En esta línea, 350 expedientes de modernización de instalaciones agrarias han obtenido ayuda del Programa. A ellos se suman 120 solicitudes para 2015, lo que hará que al final de programa se habrán concedido ayudas de modernización por más de 13 millones de euros y se habrán inducido inversiones que superarán los 35 millones.
Las ayudas a la industria agroalimentaria han dado apoyo a más de 170 expedientes de inversión para mejoras en la transformación de productos agrarios y alimentarios. A final de 2015 se espera que los 16 millones de euros de contribución pública hayan inducido inversiones que superen los 80 millones.
En materia de infraestructuras agrarias, el PDR 2007-2013 ha facilitado inversiones de mejora de caminos, mangas ganaderas o cercado de dehesas, entre otras actuaciones, en 85 municipios rurales, con un gasto superior a los 2,5 millones de euros. También se han realizado inversiones directas de la Comunidad de Madrid por valor de 5 millones, destacando las vinculadas con las concentraciones parcelarias, que suponen un impulso fundamental a la competitividad y la sostenibilidad de la agricultura en los municipios en los que se acomete.

Los vecinos como gestores de su identidad

Las ayudas agroambientales se han centrado en el fomento de la agricultura y la ganadería ecológica, así como en el mantenimiento y consolidación de las razas autóctonas en peligro de extinción. En este eje, destacan también las inversiones no productivas realizadas por la Comunidad de Madrid en zonas de la Red Natura 2000, que supondrán un gasto de 10 millones de euros al término de 2015.
La conservación y mejora del patrimonio rural o la implantación de nuevos servicios para la economía y la población rural, así como el fomento de las actividades turísticas y de educación ambiental en estos territorios se ha visto reforzada en este periodo con una inversión de cerca de 19 millones, que han dado lugar a 270 actuaciones.
Además, el Gobierno regional ha hecho posible cerca de 200 proyectos de desarrollo local a través del denominado Enfoque LEADER. Se trata de un eje de actuación que busca el impulso de las zonas rurales a través de los proyectos seleccionados por los propios grupos de acción local, entidades asociativas reconocidas por la Comunidad de Madrid y en las que están representados los distintos actores sociales de cada zona. De esta forma, la Comunidad de Madrid hace a los vecinos dueños y protagonistas del desarrollo de sus propios municipios, en este caso de los 104 municipios rurales de la región.
El nuevo Programa de Desarrollo Rural corresponderá al periodo 2014- 2020 y contará con un presupuesto similar al que ha tenido el Programa actual. Además de fomentar la competitividad agraria, tendrá como objetivo contribuir a una gestión más sostenible de los recursos y a la acción por el clima, así como a favorecer un desarrollo territorial equilibrado, en especial apoyando la creación y conservación del empleo en el medio rural.
El Gobierno regional entiende el desarrollo de las zonas rurales como una línea de acción estratégica porque contribuye a fijar la población al territorio, favorece la cohesión socioeconómica y permite el desarrollo de actividades que tienen una importancia capital en la conservación del medio ambiente y el suministro de alimentos saludables y de calidad.