¿Lloraban los reyes?

RafaFrutos032

La tarde estaba con nieblas de plomo que intentaban que no pudiera asomarse el sol a través de los desnudos chopos del empalme, donde una legión de niñas y niños esperaban a sus majestades. Por fin, una nube más negra dio paso a un vasallo que portaba una antorcha en  sus manos y que movía rítmicamente hacia los lados del camino. Las  campanas  retumbaron como en sus mejores tiempos. Tras el vasallo, una legión de infantes, con sus alas hacia el cielo y hachones en sus manos escoltaban a los tres Reyes Magos que llegaban con sus respectivos pajes ataviados con lujosos trajes y joyas. Aquello era entrar en un mundo fantástico e inusual. Luces, cohetes, fanfarria, alboroto, mientras los reyes de pie extendían sus brazos saludando y queriendo abrazar a todos aquellos que habían estado esperando este momento. Su ilusión se estaba cumpliendo, pero no  sólo la de los niños, sino la de muchos mayores que estaban rememorando aquella fiesta inolvidable de su infancia. ¡Emoción y añoranza!

Entrega de regalos, llamando a cada uno por su nombre, unas palabras y fotos, muchas fotos,  para el futuro. Sus Majestades se fueron porque tenían que seguir llevando ilusión a otros lugares. En mis sueños puedo decir que estuve contento, relajado, con deseos de ser mejor por haber vivido una escena del pasado. Pero todo ese revoltijo de satisfacciones produjo en mi mente un golpe, que aunque no tengo claro lo que vi, hay parte que recuerdo, aunque muy borroso. En mis sueños observé que los Reyes Magos se despojaron de sus lujosas ropas, de sus joyas, de sus coronas y hasta de sus pelucas dejándolas en el suelo sin recoger. En la sombra proyectada en una pared se veía la silueta de los tres y vi que movían mucho las manos. Uno se preguntaba por qué hay guerras, donde los hombres se matan unos a otros. Otro se preguntaba por qué destruimos el planeta y el tercero el por qué no nos respetamos más. Y pude ver en esa silueta difuminada que uno de los tres se restregaba los ojos al mismo tiempo que yo note que en mi almohada había humedad y que a pesar de estar dormido  desperté. Y ya bien despierto me pregunté: ¿Por qué pasa esto? 

Sentado en el borde de la cama, con la sensación de un pequeño dolor de cabeza, teniendo las palmas de las manos como si me estuvieran sujetando la mandíbula inferior, volví a preguntarme: ¿Quién tiene la culpa de que todo esto pase? Un momento para pensar, otro para decir que no tiene arreglo y un paso al frente para contarlo.

La tenemos tú y yo. Y el señor de enfrente y la señora del piso de arriba y el que va en coche y el que está en la playa y tu cuñado y mi tío y el que esta tomando una copa y con el que te cruzas o con el que trabajas. ¿Pero, por qué? Porque no nos ayudamos, porque no nos respetamos, porque no hablamos, porque nos creemos superiores, porque el que no piensa como yo……

Te he puesto cinco o seis motivos pero hay cientos, o tal vez miles, que podríamos enunciar. ¿Por qué los que mandan en el mundo no lo arreglan? ¿Por qué las distintas religiones no dialogan? ¿Por qué el patrón no paga lo que es justo? ¿Por qué el obrero no rinde lo contratado? ¿Por qué el que vende, si puede, roba en el peso? ¿Por qué el poderoso no ayuda al que tiene hambre? ¿Y el que administra justicia por qué no la administra con justicia? ¿El padre o la madre cómo educan a los hijos? ¿Cuidamos el planeta en que vivimos? ¿Respetamos el entorno y a los que nos rodean? ¿Por qué los hombres se matan y encima se ponen una medalla? ¿Se siente feliz el que hace armas mortíferas? ¿Por qué no respetar al que ha nacido un poco más allá y no tiene nuestro color? ¿Por qué juzgamos a los demás, cuando tal vez somos nosotros los culpables? 

Dicho queda más arriba que había motivos cientos para explicar lo del sueño, incluso pienso, que los Reyes Magos, que por su magia lo saben todo, sabían, cuando se han despojado de sus vestiduras, que todo no estaba hecho. Que efectivamente han traído a los niños su ilusión durante un momento de su vida, pero los niños mayores (esos que tiran del carro diariamente) no están contentos con sus juguetes. Los juguetes de los niños mayores deberían ser la paz, la convivencia, el amor, el respeto, el dialogo, la salud, el trato, la ayuda, el estar ahí cuando le necesitas, no aplastar al que no piensa como yo, en definitiva, en tratar a los demás como quiero que me tratan a mí. 

Deseo que la magia de los reyes que dirigen el mundo sepan hacerlo en paz y armonía y todos, niños y niños mayores, seamos felices y mantengamos un mundo feliz de paz, de luz y de esperanza. Y como todavía estamos en  Navidad ¡FELIZ AÑO A TODOS!

Sin olvidar: 

Si todos nos respetamos 

y amamos a los demás

seguro que en el planeta

siempre será NAVIDAD

Rafael De Frutos Brun

Montejo de la Sierra

Navidad 2023 

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