Dando un paseo por la zona que en Montejo conocemos como “Los Navazales”, a un servidor se le ocurrió ir a beber un trago de agua a una fuente que conocemos como “Fuente del Abuelo Moreno”. Esta fuente, y la sombra que proyectaba un roble que había nacido y crecido junto a ella, era el punto de encuentro de los labradores durante la siega y acarreo de la mies a lo largo del verano. También servía para que los animales de tiro descansaran y se refrescaran.
Y mientras yo me estaba refrescando el otro día, me pregunté el por qué de su nombre: “Fuente del Abuelo Moreno”. Y lo desconozco. Lo malo es que cuando bajé al pueblo y hablé del tema nadie sabía a ciencia cierta por qué se llama así. Investigaré.
Para los que puedan ir a dar un paseo por otra zona, en este caso por “La Dehesa Boyal”, y tengan necesidad de refrescarse lo pueden hacer en “La Fuente del Macarra” y para que no les pase como a mí les explicaré quien era “El Macarra”.
Nació el 09 de octubre de 1957 y le bautizaron con el nombre de Aureliano en memoria de un antepasado suyo muerto por un disparo yendo de caza. Hijo de Juan Brun y Saturnina Martín. Sus padres trabajaron en un poco de todo. Pastoreo, agricultura, jornales cuando surgían, apicultor… vamos, en lo que se podía e intentar subsistir.
Aureliano, un niño como todos, disfrutó de su niñez en Montejo. Cuando llegó a la edad para poder trabajar lo hizo en una empresa que abría carreteras y pistas de montaña y en donde se practicaban pegas. La pega es la voladura del terreno para cada sección de avance de la carretera. Se realiza con los explosivos conectados entre sí mediantes cordones detonadores.
Un fatídico día, montada la pega, uno de los cordones detonadores falló, pero siguió encendido, y al acercarse Aureliano al barreno que no había explotado, éste terminó de prender y levantó por los aires a Aureliano ocasionándole múltiples traumatismos y heridas.
Pasó muchos meses en el hospital y le sometieron a bastantes operaciones. Salió adelante. Volvió a ser un hombre alegre, sencillo, amante de ayudar a los demás, amigo de todos y llevando con mucha dignidad y paciencia la vida que le tocó a vivir como consecuencia de las secuelas que las lesiones le dejaron para toda la vida.
Tiempo después, estas secuelas le provocaron un infarto de miocardio del que no pudo salir.
Como era querido por todos, su muerte fue muy sentida por sus amigos y los miembros de la Asociación Aguas Buenas, de la que formaba parte, y pensaron que el mejor homenaje que podían hacerle para mantener su recuerdo vivo era dar su nombre a una fuente existente en los pies de “Las Tablazas”, desde donde llegó el primer agua a Montejo a través de tubos.
Dicho y hecho. Se colocó una gran lancha de piedra con una pequeña pila y el agua mana constantemente por una piedra con forma de teja. En la piedra hay una placa con el nombre de la fuente: “Fuente del Macarra”, el nombre y apellidos de Aureliano Brun Martín, la información de que es “agua potable no tratada” y el logo de Buenas Aguas de Montejo de la Sierra que es un botijo. Unas lanchas más pequeñas en el suelo evitan que nos manchemos de barro los pies.
Este servidor cree que sería oportuno colocar un poyo de mampostería o un tronco de roble o fresno que sirva para sentarse, descansar y estoy seguro que muchos irían a tomar un bocado en ese ambiente maravilloso que tiene nuestro pueblo. ¡Todo una gozada!
¡Va por ti, Aureliano!
Rafael de Frutos Brun.
Montejo de la Sierra
Junio 2023
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