El pasado sábado día 17 de junio se presentó en la Sala San Gregorio del Centro de Espiritualidad Monástica del Real Monasterio de Santa María de El Paular el libro “La cabaña de ovejas merinas de la Cartuja de El Paular”, editado por la Asociación de Amigos de El Paular y cuyo autor es Antonio Gómez Iruela, historiador y socio protector de la Asociación.

A la presentación de la obra, que es la decimocuarta de la colección “Los Tesoros Artísticos de El Paular”, asistieron el Vicepresidente de la Asociación Luis Giménez-Cassina; José Carlos Toledano, coordinador de la obra y el autor del libro, Antonio Gómez Iruela, así como numerosos miembros de la Asociación y amigos y simpatizantes del Monasterio.

José Carlos Toledano enmarcó el libro que se presentaba dentro de la serie “Los tesoros artístico que alberga el Real Monasterio de Santa María de El Paular y su entorno” y destacó del autor su vertiente como historiador así como su trabajo de investigador y documentalista lo que le ha permitido ser uno de los especialistas en el conocimiento del Monasterio de El Paular desde su fundación a nuestros días.

Antonio Gómez Iruela resumió el contenido del libro y contó el motivo que le animó a escribir esta faceta casi desconocida de la Cartuja. Entre otras curiosidades de la época, el autor comentó que en el siglo XVIII el número de ovejas merinas propiedad de la Cartuja de El Paular se elevaba a 60.000 y que la lana producto de estas ovejas era la de más calidad de Europa. También se refirió a la paradoja que suponía en aquella época la riqueza que en este tipo de productos atesoraba la Cartuja en comparación a la austeridad que caracterizaba su forma de vida.

Concluida la presentación, tuvo lugar un coloquio entre el autor y los asistentes, entre los que se encontraba el prior del Monasterio el Rvdo. padre Joaquín Cruz. Por último, el autor firmó algunos ejemplares de recuerdo.

La Asociación de Amigos de El Paular, con más de cincuenta años de antigüedad y 330 asociados, es una agrupación de hombres y mujeres que miran con simpatía e interés la obra espiritual del Monasterio de El Paular y desean colaborar con ella, prestando su apoyo moral a la comunidad de monjes benedictinos que lo habitan.