Un campeón mundial de peonza en Chucheland

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Lucía y Victor durante muchos años han animado las noches de Buitrago desde su local, el mítico pub El Rincón. Hace un par de años abrieron Chucheland, su nombre lo dice todo, chucherías, dulces y salados para todas las edades, especialmente los más pequeños. Eso si, sin abandonar las noches del Rincón, y sus aperitivos del fin de semana. El pasado 12 de noviembre acogieron al campeón mundial de peonza acrobática, el mexicano Carlos Solis.
Enfrente de Chucheland, se concentraron decenas de niños y niñas, y con la excusa de ellos, buena cantidad de padres y tíos para disfrutar y aprender de un maestro como Carlos Solis.
Hay modas y juegos que nunca desaparecen del todo. Ahora estamos en la etapa de una vieja y nueva moda: la peonza, unos de esos juguetes que se transmiten de generación en generación y que están al alcance de cualquiera.  A diferencia de los peonzas tradicionales de madera, las peonzas acrobáticas están fabricadas en plástico, lo que les aporta una mayor ligereza, velocidad y facilidad de movimiento para la realización de trucos aéreos y terrestres.
Los más pequeños tuvieron además la oportunidad de aprender trucos para lanzar y hacer bailar el trompo como un auténtico especialista, además de presenciar en directo movimientos básicos, como el dormilón o el columpio,  en combinación con otros de una gran complejidad y precisión técnica, como el ascensor loco,  el minilátigo o el carrusel.
Los niños pontevedreses han rescatado sus juguetes tradicionales para participar en las exhibiciones de lanzamiento de trompos que tienen lugar cada semana en la ciudad.
«La peonza es un juguete tanto de México como de España», explicó Solís a su atenta y callada audiencia, antes de mostrar su amplio y variado catálogo de habilidades.

 

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