El pasado 27 de junio tuvo lugar la presentación de la ILP Renta Básica Estatal dentro de las actividades organizadas por el Aula de Anticapitalismo de la Universidad Popular del 15M de la Sierra Norte. El acto comenzó con una justificación de motivos, por parte de uno de los ponentes, miembro del Aula de Anticapitalismo, organizadora del acto. A continuación, debido a los problemas que tuvieron los ponentes previstos del grupo promotor de la ILP que finalmente no pudieron acudir, intervino un miembro de la Coordinadora 22M de la Sierra Norte, que apoya la iniciativa. Se abrió, entonces, el turno de palabras y se inició un rico debate sobre el tema con una participación muy activa de prácticamente todas las personas presentes. El acto concluyó con una recogida de firmas en una mesa instalada a la salida, en la que se encontraba un folleto con más información sobre esta iniciativa popular.

¿Por qué la Renta Básica es un instrumento eficaz para reducir la pobreza en nuestro país?
Ante el fracaso de los medios de distribución y redistribución de la riqueza en España, la Renta Básica constituye un instrumento eficaz, junto al reparto del trabajo, para reducir drásticamente la pobreza en nuestro país.
La crisis actual acentuada con las medidas que se han tomado desde mayo de 2010 ha provocado la existencia y el aumento de los empobrecidos en pueblos y ciudades hasta elevar su número a cifras de escándalo.
Ya desde los años 80, cuando las tasas de incremento del producto interior bruto(PIB) no cesaban de crecer con aumentos que no bajaban del 2% y en algún año llegaron hasta el 5%, sin embargo, la pobreza se mantuvo siempre alrededor de 8 millones de empobrecidos.
Ahora, en plena crisis, la pobreza afecta al 27% de la población, alrededor de 12,5 millones de personas, e igualmente al 27% de la infancia.
El principal medio de distribución de la riqueza es el empleo, pero el paro alcanza al 26% de la población activa, lo que supone 6 millones de personas; cerca de 2 millones de hogares tienen todos sus miembros en paro, y uno de cada dos jóvenes no encuentra trabajo. También parte de la población que trabaja engrosa el número de pobres, debido a la temporalidad del trabajo (23% de los empleados), el trabajo a tiempo parcial (16%) y los bajos salarios; así, un 11,7% de los que tienen un contrato de trabajo son pobres.
La única manera de bajar las cifras del paro de forma rápida es el reparto del trabajo. Un estudio del grupo de economía de Sol del 15M ha cuantificado que si se bajaran las horas de trabajo semanales a 25, se crearían, por ejemplo, en el sector de comercio, 1,8 millones de empleos nuevos, sin bajar los salarios; medida financiada, casi a partes iguales, por la reducción significativa de los salarios de los directivos/ejecutivos sobreasalariados y por la reducción de los beneficios empresariales del sector.
Como más arriba decíamos, no solo resultan ineficaces los medios de distribución de la riqueza como el empleo, sino también han fracasado los medios de redistribución como son el sistema fiscal, las coberturas de la Seguridad Social y las ayudas sociales.
Es de sobra conocido que nuestro sistema fiscal adolece de graves males, concentrándose la fiscalidad en el consumo y las rentas del trabajo medias y bajas, en comparación con los ingresos altos, rentas del capital e impuesto de sociedades a las grandes empresas. Igualmente sabemos que sin unos impuestos suficientes el Estado no puede dotarse de los sistemas de protección social y servicios públicos necesarios.
En cuanto a la protección de la Seguridad Social, conviene aclarar que no es universal; por ejemplo, la cobertura por desempleo solo llega al 60% de los parados, quedando 2 millones de parados sin protección. Algunos de estos parados y sus familias se acogen a los planes de rentas mínimas que tienen las Comunidades Autónomas, pero en la totalidad del Estado no más de medio millón de personas quedan protegidas mínimamente de esta manera. Solo gracias a las redes familiares y de solidaridad se puede evitar que miles de personas vivan en la indigencia.
Los servicios públicos como sanidad, vivienda, educación y servicios sociales mitigan con dificultades, debido a los recortes, este estado de necesidad nacional. Los jubilados con pensiones mínimas, los parados de larga duración, los parados mayores a los que nadie contrata, los niños, las mujeres, los gitanos, los trabajadores precarios o mal pagados, los jóvenes, los extranjeros y las familias monoparentales, todos ellos constituyen la masa de empobrecidos que no cesa de crecer.
Ante esta situación, la Iniciativa Legislativa Popular de Renta Básica que ha sido presentada en el Congreso de los Diputados puede ser un elemento eficaz para acabar con la pobreza en España.

¿Cómo surge y en qué consiste la ILP Renta Básica? Renta Básica, una reivindicación social de dignidad de vida
La propuesta de plantear una ILP por una Renta Básica Universal, nace como una idea colectiva desde los Campamentos de la Dignidad de Extremadura. Surge además como una necesidad urgente de revertir la situación de emergencia social en la que se encuentra actualmente sumida gran parte de la sociedad, como consecuencia de la infame política económica que se está aplicando desde los distintos gobiernos neoliberales.
La primera convocatoria de este movimiento social asambleario tuvo lugar el día 1 de Julio del 2013. En esta cita, ya se plantaron las bases que nos llevaría en los meses siguientes a impulsar y presentar en el Congreso de los Diputados esta ILP. Y ese día fue el 15 de enero del 2014.
La carencia de empleo y de ingresos, o la insuficiencia en caso de desarrollar trabajos precarios, constituyen uno de los principales problemas que derivan en la dificultad para acceder a los bienes y servicios mínimos necesarios para mantener una vida digna. En esta sociedad, el acceso a los medicamentos, a los suministros domésticos (luz, agua, gas), al transporte, o mantener una vivienda, bien en régimen de propiedad o bien en alquiler, así como la posibilidad de acceder a ella, se encuentran indiscutiblemente ligadas a la percepción de rentas.
En esta situación, las ayudas no contributivas a las rentas mínimas se muestran insuficientes para su adecuación a las condiciones de vida digna para las personas.
Concebimos la Renta Básica como un instrumento factible para la erradicación de la precariedad laboral, el desempleo y la pobreza, que puede dar seguridad económica a la población frente a la incertidumbre y la arbitrariedad. Que permita iniciar otros modos de vida y sea una herramienta de transformación social generadora de igualdad de género y que contribuya a eliminar los estigmas sociales.
Garantizar un mínimo de ingresos a toda la población de forma individual, incondicional y universal, se convierte en una importante herramienta de emancipación y empoderamiento social que ayuda a combatir situaciones de miedo y desmovilización, además de ser un nexo para la unión colectiva. Nos permite ser conscientes de que, de una u otra forma, compartimos condiciones y situaciones con muchas otras personas, tanto de nuestro entorno, como desconocidas.
Por ello todo, estimamos que la Renta Básica puede ser un pilar del nuevo sistema de bienestar y un instrumento útil para defenderse del deterioro de las condiciones de vida.
La cuantía establecida para esa Renta Básica, sería la del dato expuesto por EUROSTAT (año 2011) como umbral de la pobreza. Esto es de 645,33€, tendiendo a equipararse en los años sucesivos al equivalente del mismo concepto. Y la planteamos con una implantación en dos fases. Una primera fase entrará en vigor de forma inmediata y que afectará a todas las personas domiciliadas en el Estado Español e inscritas en los Servicios Públicos de Empleo, que no tengan cobertura por desempleo ni dispongan de otros ingresos. De la misma manera afectará a aquellas personas cuyas rentas, ya provengan de salarios, subsidios o pensiones públicas, sean inferiores a la cuantía de Renta Básica prevista en este texto, complementando los mismos hasta alcanzar la cuantía establecida para esa renta.
En la segunda fase, se regulará la extensión de la Renta Básica como derecho universal, integrando, pues, al resto de personas.
Necesitamos 500.000 firmas para que el Congreso debata esta Iniciativa Legislativa Popular. Necesitamos tu firma y la de las personas de tu alrededor. Hay mesas de recogida de firmas en todo el territorio. Contacta con nosotros y te diremos dónde está la mesa de recogida más cercana. Además, si se dispone de certificado digital, se puede firmar digitalmente.
Porque queremos que la Renta Básica pase de ser una utopía o un tema de debate intelectual, a ser una reivindicación social de dignidad de vida, os pedimos que apoyéis este proyecto que abordamos con mucha ilusión. La campaña de recogida de firmas comenzó el 14 de marzo del presente año y acaba el 14 de enero de 2015.

GRUPO PROMOTOR ILP RENTA BÁSICA.
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