José Béjar (Rascafría)
Presumimos de tener una democracia avanzada, de máxima calidad, con unas libertades envidiadas por muchos países de nuestro entorno, y además una de las pocas, por no decir única, de las llamadas inclusivas en su práctica totalidad.
Suena bien, inclusiva, nada excluyente, tanto en el ámbito social como en el político, económico o ideológico; dónde cabe cualquier grupo, cualquier partido que en sus estatutos abracen una serie de conceptos y rechacen cualquier idea terrorista.
En sí, como no puede ser de otra forma, significa libertad, libertad en el pensamiento, en los medios, libertad de expresión, de culto, …; en definitiva, ésta libertad es lo que a uno le permite decidir por sí mismo sin depender de lo que le impongan los demás.
Por esto puedo pensar y escribir que hay momentos dónde uno ve venir actuaciones y decisiones políticas autoritarias de algunos grupos, que aprovechando su posición dominante, nos quieren imponer su ideario bajo el escudo de poder que los ampara y las posiciones arbitrarias en los medios de comunicación. Es lo que se viene a llamar adoctrinamiento poblacional.
Ya hemos dicho en diferentes artículos como a éste gobierno social-comunista se le va viendo el plumero cuando trata de intervenir diferentes organismos y las principales cadenas audiovisuales; a la chita callando y poquito a poco. No tienen prisa ni escrúpulos en su cometido; poderes judiciales, cadenas públicas de televisión y de radio; y las otras, las privadas, las controlan por medio de subvenciones económicas. Un aparato propagandístico para la causa y el servicio al partido.
D. Pedro, “el digo Diego”, erre que erre con su discurso, sus habilidades, su agarre al puesto, su poco escrúpulo y sus puestas en escena cuando la ocasión lo requiere (El resto del partido calladitos y obedientes, por más que alguno se haga notar por unos ratitos) y D. Pablo, “el ilusionista”, sacando de su moño las nuevas imposiciones, con las que trata de agradar a los militantes de su partido para que olviden su paso grandioso hacia la casta, los enredos machistas y sus puestas en escena, cual pancho mejicano deambulando por una llanura castellana.
El penúltimo conejo, que se ha sacado de su poncho en su última actuación, tiene que ver con la innecesaria invitación a la gobernación del país a sus amiguitos y prendas de Eusko Alkartasuna, Aralar, Alternatiba o Sortu, algunos provenientes de aquel Jarrai ( se acuerdan), hoy integrados en eso tan demócrata que es Eh Bildu, y que por lo visto han aceptado ésta democracia inclusiva sin que sus máximos dirigentes, entre ellos el otrora secuestrador Arnaldo Otegui, pidan perdón o muestren algún abatimiento por las víctimas causadas por su derrotada E.T.A. Cuál será su grado de arrepentimiento que además se suman, promueven y jalean los ongi etorris, actos de enaltecimiento a sus comandos terroristas salidos de prisión.
Pues este conglomerado de “liberales socialistos” está invitado, nada menos, que a participar en la gobernación de esta democracia inclusiva. Estos grupos legalizados, que además de cobrar de los presupuestos del estado español, a los cuales todos contribuimos, tienen como objetivo beneficiarse (en su más obsceno y largo significado) por el morro a ésta España, declarándose independentistas y soberanos, viniendo a Madrid a colaborar en el destrozo, ruina y división de ese otro trozo que no consideran su país, importándoles un carajo y carcajeándose del resto de ciudadanos que integramos la nación.
Y a todo este tinglado se unen a última hora el partido nacionalista vasco sacando de los presupuestos su correspondiente y habitual tajada nacionalista y Esquerra republicana de Cataluña, injuriando con sus propuestas e incidiendo en su odio hacia la Comunidad de Madrid y su “dumping fiscal”. Todo un concierto de Navidad con música de Unidas Podemos, letra del P.S.O.E y orquestado por esa banda “armoniosa” que dirige D. Pablo con la venia de D. Pedro. Es lo que hay, “chavales”.
Así que tenemos una empresa con un consejo de dirección formado por D. Pablo, D. Pedro, D. Arnaldo, D. Gabriel Rufián y el “sacacuartos” D. Aitor Esteban. Va siendo hora de vender acciones.
Muy buenas.
Creo que una verdadera democracia logra atemperar y corregir las inercias de la gente mas poderosa, la que tiene la sartén por el mango, es decir los poderes económicos y de ahí el resto de poderes, información, jueces y políticos vendidos a estos poderes… es decir la que evita la corrupción que asola hispania, España o lo que queramos denominar, siempre unidas por gusto y sin imposiciones.
También la que educa y enseña a cooperar, dialogar y proponer justas reivindicaciones y a inventar soluciones a nudos gordianos que nos atenazan desde siglos atrás.
Las pequeñas representaciones de grupos, los grupos minoritarios en una buena democracia son atendidos, como los descolgados del sistema, los perjudicados por la apisonadora del progreso y tantas historias.
La armonía brota del amor, de la solidaridad, de la justicia y del reconocimiento de la diferencia y de ahí a seguir aprendiendo y que no nos engañen demasiado. Todas juntas podemos aunque haya solistas y figuras pero cuentan todas las personas de la orquesta.
Abur, agur, adios y mucha salud.