Luis Fco. Durán Carretero
Que tristeza. Veinte mil abuelos menos en España, por una peste generada por el ser ¨humano¨. Creada en China y distribuida a nivel mundial, como todo lo que se fabrica en ese país. Se lo podían haber metido en el …, como todo lo que se fabrica ese país…
Han sido muchísimos más los que han muerto, casi y sin casi treinta mil. Sin una guerra, sin una bomba, sin una bala…sin un enfrentamiento. Cuantas lágrimas derramadas. Cuantísimas familias destrozadas, por esta mierda. Por tanta negligencia. Por tanto despropósito. Por tan poca visión y previsión.
Veinte mil abuelos, que sobrevivieron a una guerra, a una dictadura. A un montón de penalidades, sin medios, con miedo, con hambre, con miseria. Con todo en contra, fueron capaces de sacar a sus respectivas familias adelante, con hijos por fanegas y con mayor o menor premio. La suerte no le sonríe a todo el mundo pero. Pero con muchísimo esfuerzo.
No solo tuvieron que sacar a sus hijos adelante, sino que y, además llegada la crisis del 2008, tuvieron que volver a sacrificarse por sus hijos y los hijos de sus hijos ¡Manda güevos! También lo hicieron…prueba superada. ¡Otra más!
Ahora que lo único que les quedaba era la recompensa de unos años de tranquilidad, y una muerte digna y en compañía de sus familiares. Viene esta peste de China vía Roma, unido a las nulas previsiones gubernamentales, de TODOS los gobiernos que tenemos en este reino, central, comunidades…demasiados Caciques para tan pocos Indios.
Pues merced a esta dejadez, inexperiencia, falta de luces entre occipitales y desidias varias, hemos perdido a esos abuelos que levantaron este país, que le hicieron grande. Tanto como ellos no, pero casi. Su grandeza no tiene parangón y, visto lo visto, tampoco agradecimiento. ¡Dios que pena!
Además de no haber sido capaces de agradecérselo, se han muerto solos, sin compañía, sin familia y sin gloria, pero dejando una tremenda pena en sus allegados, amigos y conocidos y, siendo tan solo un nombre y un número en un ataúd o en una urna crematoria, sin saber el familiar de turno a ciencia cierta si a quien se lleva es o no su familiar…más incertidumbre…más tristeza…más crueldad. Sí, crueldad. Es tan cruel esta peste, que el sumun de ella, no solo nos priva de su compañía sino que, y, además, los gobernantes que les han dejado morir. TODOS. Gobierno, oposición y demás acólitos a un lado o a otro, se van a gastar en dietas y otras prebendas, pá ná, las pensiones que se van ahorrar de las pensiones que estos abuelos no van a cobrar. Hasta en esto han sido generosos…
Yo desde este pequeño rincón. Les pido perdón y les doy las gracias por tanto esfuerzo, por tanto sufrimiento y por tanto tesón, para que podamos vivir gracias a ustedes en un país mejor. Lamentablemente no hemos sido capaces de agradecérselo ni en su vida ni en su muerte.
¡¡¡GRACIAS ABUELOS!!! Y descansen en Paz…
Sé el primero en comentar sobre "VEINTE MIL ABUELOS MENOS…"