La Comunidad de Madrid ha recuperado un pollo de águila imperial caído de su nido en el Centro de Recuperación de Animales Silvestres (CRAS). El animal ha sido depositado en un nido ubicado en el municipio madrileño de Brea del Tajo, y en la actuación han participado profesionales del CRAS, así como el grupo de trabajos en altura del Cuerpo de Agentes Forestales del Gobierno regional.
La cría de águila imperial, con pocos días de vida, saltó al vacío imitando el vuelo de sus hermanos con los que compartía nido y el viento lo tumbó. Al ser tan pequeña y no estar lo suficientemente desarrollada para este fin cayó al suelo, fue encontrada por los técnicos de medioambiente y se dio traslado al CRAS, donde ha sido tratada de una lesión en la boca, cuidada y alimentada hasta su recuperación. De este modo, el pollo ha sido devuelto al nido junto a sus progenitores, para que termine de fortalecerse y sus padres inicien el cortejo que le permitirá iniciar el vuelo cuando esté preparado.
El director general de Biodiversidad y Recursos Naturales, Luis del Olmo, ha destacado que “se trata de una de las especies más emblemáticas de nuestra fauna y una de las de mayor valor natural, protegida y catalogada en peligro de extinción tanto a nivel autonómico como nacional”, al tiempo que ha señalado que “de ahí el compromiso de la Comunidad de Madrid por proteger, cuidar y recuperar los ejemplares de esta especie, ya que suponen una apuesta por la conservación y mejora de la riqueza de la fauna y flora de la región”.
En la Comunidad de Madrid, debido a la situación vivida durante el confinamiento, que ha supuesto una menor presencia humana en el campo y el los animales se encuentran más confiados. Esto, unido a la abundancia de lluvias y la suavidad de las temperaturas ha hecho que un total de 52 parejas de águila imperial iniciasen su periodo reproductor el pasado mes de mayo. A ello también se han sumado 13 parejas de otras especies como el águila real.
EL ÁGUILA IMPERIAL EN LA REGIÓN
En el caso del águila imperial ibérica se ha observado que de las 52 parejas que iniciaron el proceso de cría, seis han perdido la puesta o los pollos debido en gran medida a motivos climáticos (lluvias y fuertes rachas de viento), por caída del nido, electrocución u origen antrópico.
No obstante, se han localizado un total de tres nuevos nidos en la Comunidad de Madrid, dos de ellos con cuatro pollos (el doble de la media habitual para esta especie) y un tercero con tres. Cabe destacar que el tercer nido se ha localizado en El Pardo, lo que viene a confirmar la gestión adecuada por parte del Gobierno regional del territorio donde se compatibilizan los usos forestales y cinegéticos, con la tranquilidad que necesita esta especie. De hecho, en esta finca se localiza la mayor concentración de España y del mundo de esta especie en peligro de extinción, tan propia de las dehesas mediterráneas.
Además, a través de la Dirección General de Biodiversidad -dependiente de la Consejería de Medio Ambiente, Ordenación del Territorio y Sostenibilidad- se lleva a cabo un programa de alimentación suplementaria con conejos cuando ésta es escasa o está limitada en el entorno habitual de las águilas imperiales.
“Se trata de un programa controlado por especialistas que depositan conejos de forma supervisada en las proximidades del nido para que los adultos puedan acceder a este recurso y complementar la ingesta de los pollos, evitando así el abandono de crías o el cainismo por parte de los progenitores”, ha explicado del Olmo. Este aporte de alimento se realiza evitando el contacto directo con la especie y con conejos de procedencia controlada y libres de sustancias tóxicas o antibióticas
El Gobierno regional impulsa diversas actuaciones para fomentar que el águila imperial ibérica alcance un tamaño de población que permita reducir su nivel de amenaza. Entre las medidas adoptadas se han sometido a localización y vigilancia los puntos de nidificación desde el inicio del cortejo de las parejas hasta el periodo final de reproducción. Además, se han arreglado las plataformas elegidas por las parejas para anidar, cuando han sufrido desperfectos por el viento. Otras actuaciones han sido la repoblación de presas en las proximidades de los nidos para reducir el tiempo de captura de alimento de los padres; el arreglo de los tendidos eléctricos para evitar electrocuciones de los pollos que inician el vuelo y de los adultos; y se han realizado labores informativas y de concienciación a propietarios donde se asientan los nidos.
Fruto de estas medidas, esta especie ha duplicado su presencia en nuestra comunidad autónoma desde 2009, sobre todo en el Este y Sur de la región por la abundante presencia de conejos, y el censo actual asciende a un total de 73 parejas.
Estos datos indican el estado de la población y también los resultados de las medidas conservacionistas que se ponen en práctica para proteger a la especie y evitar muertes por envenenamiento. Además, se controla su distribución geográfica, sus movimientos y nuevas ocupaciones de nidos, o de aquellos que son recolonizados.
ÁGUILA REAL
El águila real también ha experimentado un crecimiento expansivo en la Comunidad de Madrid, que está ligado a la presencia de presas como conejos y liebres. En este sentido, se ha confirmado el éxito reproductor de 13 parejas durante esta primavera, así como el fracaso de dos de ellas. De hecho, se ha confirmado la existencia de pollos en 8 territorios de la región, sin actividad reproductora o abandonados en tres zonas y pendientes de una revisión exhaustiva en otras ocho zonas.
Como curiosidad, esta ave, propia de los riscos de la sierra, ha nidificado en encinas de la zona sureste de Madrid, en medio de olivares y cultivos, donde la disponibilidad y cercanía de sus presas es muy elevada.
En la actualidad, la Comunidad de Madrid está desarrollando un ambicioso proyecto de marcaje y seguimiento de los pollos de esta especie nacidos en nuestra región. Para ello, se están marcando con anillas de PVC de alta visibilidad que permite realizar una vigilancia segura y a distancia de estos individuos. El objetivo es conocer sus comportamientos, sus desplazamientos, sus hábitos alimenticios e intentar conocer la tasa de retorno de estos ejemplares cuando alcancen la edad adulta. Asimismo, se colocarán emisores satelitales en varios ejemplares para poder caracterizar aún mejor los movimientos y comportamientos de esta ave tan emblemática.
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