J.B con Hielo
Ayer, dieciséis de Mayo, Pedro Sánchez en su aló de los sábados no quiso responder, como es su costumbre, a unas cuantas preguntas de los medios de comunicación. Esto es lo habitual ya en todas sus intervenciones y se normaliza en este gobierno comunista. Digo comunista, porque la facción social se la ha llevado al huerto nuestro marqués de Galapagar.
El grupo socialista del gobierno está cada día más cómodo compartiendo las ideas que le propone el vicepresidente segundo, que, en la sombra, va imponiendo sus medidas impregnadas de un tufo estalinista.
Ahora, para la mesa de reconstrucción, para las secuelas que nos deja la pandemia, propone una tasa a las grandes fortunas. ¡Qué bonito y que bien suena! (Rápido, porque ha sonado la campana y ha comenzado la carrera para sacar fondos de este país). ¿Qué será lo próximo?
Propone expropiar el ahorro, eso sí, poco a poco, para igualarnos a todos en la pobreza. No tiene prisa ni otro método para reflotar nuestra economía. Es lo de siempre, unos lo producen y otros lo derrochan. ¿Por qué no expropiar casas de más de 400.000 euros, o automóviles de más de 15000? Esto es el comunismo, la expropiación y el poder en beneficio de los vagos, de esos que no producen valor añadido.
Estos estalinistas-leninistas-trotskistas no saben lo que es trabajar y se alimentan de lo público. Estos son los que no han dado un palo al agua en su vida y viven de la revolución. Que el pueblo trabaje para ellos. No han pagado un salario jamás.
No entienden que desde el ahorro se materializa la inversión y ésta es la que da de comer, entre otros a ellos con sus soldadas de casta pública. No saben que la creación de empresas, y por tanto de trabajadores, proviene del ahorro. Como lo van a concebir si han parasitado siempre y nos han chupado nuestra sangre.
Son analfabetos de la economía. Solo saben de subvenciones, expropiaciones y de revueltas. Entienden el ahorro como un problema y no como solución. Son los chulos come-mocos, ignorantes del nuevo mundo. Son los estalinistas de ésta época. Son aquellos a los que les hemos subvencionado su educación con becas y les hemos pagado hasta sus vicios. (Cría cuervos y te sacarán los ojos).
Son los que se han fundido el dinero en juergas, buen beber y diversiones de playa; de montaña no, que hay que subir. Los anti-sistema que viven de él. Ahora se ponen de perfil a la hora de contribuir y quieren que el sacrificado sea su mecenas ¿Por qué no una tasa Covíd a todos los que han dilapidado sus ahorros en los últimos años sin prever que podían venir las vacas flacas? Por qué no gravar sus rentas por derrochar, pudiendo ahorrar? Por qué no una tasa a los holgazanes que no producen ni devengado su correspondiente valor añadido? Por qué no una tasa a la fortuna de habérselo llevado en su cuerpo.
Son los seguidores marxistas del estalinismo y del leninismo, dispuestos a expropiar la palabra y hasta las ideas. Son los putos amos del intervencionismo, de la pobreza, de la clase obrera, de los racionamientos y hasta de las colas del paro. En estos ámbitos se mueven a la perfección. Son los dueños de las cloacas. Los que se aprovechan de los demás para sobrevivir. Los que reparten odio en las calles y levantan masas de desfavorecidos para cultivar situaciones en su beneficio y obtener poder. Asaltan los cielos poniéndonos a todos en el infierno. A ninguno de ellos se les ha visto repartir comida estos días, ponerse a trabajar en un comedor social. No sirven; les duele el riñón. Solo se ponen a la cola para que les den su paga mensual. Ni eso, se la ingresan.
Y lo peor es que ya han convertido al presidente y van a por el resto del grupo.
“Aló presidente”
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