Así titulamos la campaña que realizamos en 2014 en la sierra: estuvimos desde abril a junio con mesas informativas en distintas localidades: La Cabrera, Madarcos, El Berrueco,…, Diseñamos un díptico entre muchos de los integrantes de SEO-Sierra Norte, que se distribuyó en aquellas mesas, en colegios, casas de cultura, centros de interpretación,…y durante otros eventos posteriores como el Día de las Aves. Escribo este artículo para explicar en pocas líneas la importancia de estos pájaros. En el parque nacional de Monfragüe en la primavera de 2015, preparé una exposición que estrené allí, en el centro de interpretación, a la que titulé: Aviones, golondrinas y vencejos, seres comunes e imprescindibles.
¿Y por qué estas pequeñas aves son tan necesarias? Por muchos motivos, uno de ellos y el más beneficioso para el ser humano es porque son los mejores “insecticidas” que existen. Un dato: en una sola jornada cada adulto entrará al nido unas cuatrocientas veces con alimento; son aves insectívoras, con lo cual controlan las poblaciones de mosquitos, moscas, pulgones, chinches, avispas,…
Otra de las razones es que son artistas del vuelo: pasan muchas horas en el aire, donde comen. En el caso de los vencejos, los más especializados de los tres grupos en este medio, llegan incluso a beber sin posarse; pero eso no es todo: copulan y duermen también suspendidos en el vacío…Pueden permanecer hasta diez meses volando, es el caso del Vencejo común (Apus apus); el Vencejo real (Tachymarptis melba) posee el récord de velocidad en vuelo horizontal, llegando a alcanzar hasta los 170 kms/h…
Más motivos para disfrutar de estos grupos de aves y no perjudicarles: golondrinas, aviones y vencejos comunes habitan en gran cantidad cerca nuestro, en los pueblos y ciudades. Representan la llegada de la primavera, tras un largo viaje desde localidades más meridionales en África, llegando con su migración desde miles de kilómetros; aves que, como en el caso de la Golondrina común (Hirundo rustica), apenas alcanzan los 20 gramos de peso…
Podemos disfrutar de su presencia en nuestras latitudes desde mediados/finales de marzo hasta primeros de septiembre. En la ilustración que acompaña al texto, dibujos realizados por nuestro compañero Alejandro, que son la portada del díptico citado, se aprecian las diferencias entre ellas. En el caso de los vencejos, los más grandes, realizan vuelos sincronizados entre varios individuos y es un espectáculo verles “barrer” el aire…. Con sus cantos y rápidos vuelos, simbolizan los meses de calor.
La única molestia que pueden causarnos son sus pequeños excrementos; tiene fácil solución poniendo baldas de madera a medio metro de sus nidos, fijadas en la pared. O una opción más sencilla: en el suelo de nuestra terraza o puerta de casa, podemos pegar papel de estraza que, cuando termine la temporada de cría, retiraremos. O directamente limpiar los suelos manchados cuando emprendan la migración otoñal y, nuevamente se marchen. Insisto en que el beneficio si los tenemos cerca es tan grande, que merece la pena.
Próximamente, el 24 de mayo, tenía previsto realizar la presentación citada sobre estas aves, en el Centro de Interpretación de El Cuadrón, no sé si un poco más adelante podremos hacerlo.
Protejamos pues a estas aves y, por supuesto, disfrutemos de ellas, especialmente durante este confinamiento obligado por la pandemia…Gracias a todas y todos por vuestro esfuerzo.
Miguel Ángel Granado
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