Nació en Madarcos hace 51 años y en su pueblo es donde abrirá durante este mes la Escuela de Hostelería de Madarcos, un proyecto que aúna innovación y nuevas tecnologías con productos tradicionales, ecológicos y de la tierra. Mostrar la gastronomía serrana, aumentar la oferta de ocio y turismo y convertirse en un referente de formación para los profesionales del sector son los tres principales objetivos de un proyecto grande y ambicioso que se pone en marcha en el pueblo más pequeño de la Comunidad de Madrid.

La Escuela de Hostelería de Madarcos es el resultado de juntar dos grandes pasiones: la hostelería, a la que ha dedicado gran parte de su vida profesional, con la empresa de distribución de equipamientos y recursos hosteleros que comparte con su mujer desde hace años. Y el pueblo donde nació, del que fue alcalde durante ocho años y donde pasa todo el tiempo que puede.

Llevamos mucho tiempo oyendo hablar de este proyecto… ¿Cuándo podremos verlo por fin?

Inauguramos el sábado 9 de noviembre. Haremos unas jornadas de puertas abiertas desde las 12 de la mañana hasta las 7 de la tarde. La idea es que todo el que quiera pueda pasar a vernos, compartir nuestro proyecto y ver las instalaciones. Habrá vino español, un cortador de jamón y alguna sorpresa más.

¿Y ya tenéis oferta formativa para este mes?

Hay ya programados cursos para los meses de noviembre y diciembre. Puede verse toda la oferta formativa en la página web www.ehmadarcos.es. Arrancamos con cursos de pan, cocina al vacío, repostería, pasta fresca, preelaboración de pescado y roscones.

Y ya estamos pensando en otros en los que tratar nuevas técnicas, corte de jamón o cocinado de caza.

¿A quién están destinados los cursos?. ¿Puede venir cualquier persona?

Cualquier persona interesada por la cocina podrá venir a aprender con nosotros a Madarcos. La escuela nace con la vocación de convertirse en referente de formación para profesionales y por eso habrá cursos enfocados a sus necesidades, que se realizarán casi siempre entre semana, para poder compatibilizarlos con sus trabajos. Y también habrá cursos enfocados a amantes de la cocina, que podrán venir a perfeccionar sus conocimientos durante los fines de semana, al tiempo que disfrutan del resto de ofertas turísticas y de ocio de la Sierra. Venir a la Escuela de Hostelería de Madarcos no significa solo aprender, sino disfrutar de un paisaje y de unas gentes incomparables.

¿Quiénes serán los formadores?

Tenemos la suerte de contar con grandes formadores en el equipo. Jefes de restaurantes y personas que llevan muchos años en la docencia, como Alberto Pérez, nuestro maestro repostero o Ivan Muñoz, que tiene una Estrella Michelín. Pero cada temática contará con un profesional específico para impartirla.

¿Cómo es la escuela por dentro?

Hemos instalado 16 puestos de cocción, con dos fuegos. Tenemos un aula de teoría, una zona de cursos para camarero de barra y sala. Y también una sala fría para cursos de repostería.

También tenemos una sala polivalente, para descansar, trabajar en grupo y hacer reuniones. Tiene una chimenea, así que es muy acogedora.

Además, estamos poniendo a punto un jardín, que contará con huerto, plantas aromáticas, frutos del bosque, invernadero y gallinero.

En la construcción, hemos intentado además ser responsables con el uso de la energía: usamos agua reciclada de lluvia para el riego, la calefacción es mediante aerotermia y suelo radiante y queremos lograr un residuo 0, mediante el reciclaje y una compostera.

¿ Qué ha sido lo más difícil hasta ahora?

Por una parte, la financiación del proyecto. A pesar de contar con la ayuda del Grupo de acción Local GALSINMA, que financia parte del proyecto con recursos europeos, lograr el resto siempre es una apuesta llena de riesgos.

Y también ha sido complicado encontrar profesionales que hicieran todo esto.