El 8 de septiembre se celebrará una nueva Jornada de Puertas Abiertas, donde los visitantes pueden recorrer los diferentes puntos de excavaciones, mientras escuchar las explicaciones directamente de algunos de los jóvenes investigadores que están trabajando en el yacimiento. 

Un verano más un amplio equipo llega al valle de Lozoya, para excavar en los yacimientos del Valle de los Neandertales, en Pinilla del Valle. En el año 2002, apenas fue un puñado, que con el tiempo fue creciendo, pernoctando en el albergue de los Batanes, y trabajando a pesar del calor o el frio de las mañanas serranas. Este año la principal amenaza ha venido desde las súbitas lluvias torrenciales, que no han impedido continuar con la investigación de la vida en este valle durante el Pleistoceno Medio y Superior, con dos grandes protagonistas: los Neandertales y las Hienas.

El trabajo de los cerca de 140 investigadores (arqueólogos, paleontólogos y geólogos) dirigidos por Juan Luis Arsuaga, Enrique Baquedano y Alfredo Pérez- González, continua trabajando en la Cueva Des-Cubierta, donde se encontraron, las primera señales de un enterramiento ritual de un niño, y las impresionantes astas de uros colocadas ex profeso.

Además continuan los trabajos en el abrigo de Navalmaillo y la cueva de la Buena Pinta.

Enrique Baquedano lo califica como el paraíso de los Neandertales: “tenían todo lo que querían y necesitaban para vivir: Agua alimento, cavidades donde alojarse, materia prima para tallar sus herramientas y leña”.

En un periodo que abarca desde los 200.000 a los 40.000 años, en el Valle alto del Lozoya compartieron hábitat grupos de neandertales con depredadores como leones, osos y hienas, así como grandes manadas de herbívoros como uros, bisontes o rinocerontes.