Chimo Marcos
Retomo esta columna, que en su día SENDA NORTE tuvo la amabilidad de publicarme en un momento (hace menos de un año) en que la titulé así, la cuestión de esta maravillosa parte de nuestro país que ahora nos parece llena de incomprensibles catalanes secesionistas, que han creado un odio sin más base que sus propias e injustificadas ambiciones, contra toda España (y parte del extranjero, y no es un decir esto último, pues ya sabéis que quieren integrar en sus reivindicaciones al Rosellón y otros). Y también a los países valencianos, mallorquines, etc.
Todo esto que ahora nos ahoga y que nos parece insalvable es culpa nuestra a partir de los padres de la constitución con lo que aceptaron e implantaron durante la transición. A partir de entonces, sin pausa y sin prisa, hasta hace poco, y ahora ya es gran velocidad, nos está llevando a que seguramente más de dos millones de personas exijan la salida de España de sus vidas. Y lo ven factible y casi, casi inevitable.
Oyendo lo que el iluminado Puigdemont ha dicho en las reuniones que mantuvo en Bélgica y algún otro país de la UE, países mal informados por su repetida propaganda y relatos de victimismo que, al parecer, han sido aceptados, afortunadamente por una aplastante minoría. Y que nuestras embajadas, esas sí, de verdad, no han sabido convencer a todos esos otros teledirigidos por el independentismo, que al parecer campan a sus anchas y son acogidos por facciones separatistas a su vez de otros países europeos. Véanse los flamencos holandeses, los Quebecquianos e incluso los Corsos. Con el paso del tiempo que les parece juega a su favor, creen ahora a pies juntillas estos señores que están listos para iniciar su toma de la Bastilla particular y están llegando a creer de verdad que la República Independiente de Cataluña está ya a la vuelta de la esquina.
Y ¿qué queremos hacer ahora? Cuando les hemos permitido que adoctrinen a sus hijos, desde hace años; han creado ya generaciones de catalanes, que se han creído lo de que son vilipendiados, robados y humillados por el resto de España. El franquismo creó de un modo indirecto a estos separatistas de hoy: les hizo creer que eran los más creativos y listos y trabajadores: en España no había otra industria textil, Franco lo había prohibido; por lo tanto los españoles que necesitaban trabajar solo tenían la opción catalana. Sin esos exiliados interiores los 7,5 millones de habitantes que hoy conforman la población de Cataluña no pasarían de 5 millones. como igualmente su PIB sería más reducido. Los independentistas presumen hasta donde les lleva su soberbia de autosuficiencia como ningún otro país y no dicen a nadie que su principal y mejor cliente es España, que les compra el 25% de todo lo que venden, lo que no alcanza ningún otro país, ni siquiera el total de la EU.
Ahora, hoy, nos vemos con unos políticos secesionistas que, ante la imposibilidad de avanzar en sus ambiciones, ni siquiera con toda la labor sembrada durante décadas, han llegado a la situación en que el propio Presidente del Govern y desde un escenario netamente europeo, se ha permitido instar – prácticamente exigir – a las autoridades de la EU con críticas y amenazas por su falta de comprensión con los sublevados y afearles el que apoyen a un gobierno perfectamente legal, que para defender su unidad les ha plantado la propia Constitución frente a sus narices. Incluso les han repetido lo que ya estaban hartos de oír, tratando de explicarles lo lógico, que de cambiar ésta – lo que ha de hacerse en el Parlamento español y con todos los españoles dando su opinión en urnas- solo entonces sería el momento de negociar un cambio en la ley,
Y lo más imperdonable por parte del resto de los catalanes, que se siente al mismo tiempo parte de España, con los que me he llevado de maravilla a través de mi personal historia, tanto cuando y donde me he encontrado con ellos en mi trabajo de exportación, como en sus acogidas cuando he ido a ofrecerle importaciones generales, pudiendo decir que han sido mis mejores clientes, lo mismo cuantitativa como cualitativamente y que igualmente ahora les hacen sufrir por su no adherencia a los deseos/exigencias de independencia con que les atosigan a diario y que prueban que antes que antiespañoles están siendo anti catalanes.
Soy de los que se apuntan a lo de amigos para siempre. Aunque no puedo dejar de dudarlo: son muchos años de mala siembra que no hemos sido capaces de superar con la verdad, lo que ha sido impedido por las políticas erróneas que buscando apaciguar han cedido donde nunca se debió ceder.
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