Rosario Romo
Este pasado fin de semana la oferta cultural ha sido rica y variada en Buitrago de Lozoya. Dentro del Festival de Música Clásica Marqués de Santillana, el viernes escuchamos en la plaza de la iglesia al Ensemble Praeteritum , un conjunto de cuerda con 7 músicos especializado en música barroca. Interpretaron «Vivaldi senza fine», las 4 estaciones de Vivaldi entrelazadas con recitativos, improvisaciones y cadencias instrumentales. Los excelentes músicos de Praeteritum nos regalaron dos bises, una «delicatesen» preciosa de Tartini, y otra pieza de Vivaldi. La noche fue cálida, sin una brizna de viento, y los vencejos nos sobrevolaban escuchando las 4 estaciones mientras el sol caía sobre las peñas del río.
El sábado hubo dos actos: en la plaza de la iglesia, otro precioso concierto del Sexteto de cuerda Camerata Lirica: Stábat mater Op 61 de Luigi Boccherini, con 2 sopranos y 1 tenor magníficos. La tarde revuelta dejó paso a una noche más fresca, con algunas nubes, que creó una atmósfera muy propicia a la música religiosa que escuchamos. Todo un lujo.
A las once y media de la noche, las chicas que han abierto hace poco La Selecta, el bar polivalente de la Hípica de Buitrago, en la carretera de Villavieja, inaguraban su programa artístico con «Durga, Gea, Danu…», un montaje en el que la artista escénica Maria Cruz Planchuelo indaga en la potencia revolucionaria de las mujeres guerreras, con danza y experimentación sonora con cuencos tibetanos y una variedad de sonidos. El espacio, el teatro circular de arena, es la pista circular del centro hípico. Un espacio escénico único, que permite una unión del artista con el público. La Selecta prepara ya próximos conciertos en el teatro circular, que han equipado con sillas y mantas para las noches frescas del verano.
El domingo por la tarde el tiempo amenazaba lluvia seriamente, y el concierto de arias de Verdi tuvo que trasladarse a la Casa de Cultura. Aun así pudimos disfrutar con solo media hora de retraso de varias piezas interpretadas al piano por Giusseppe Devastato, entre ellas una de composición propia, la «Fantasia sobre la Vida Alegre», intercaladas con famosas arias de ópera, cantadas por la soprano Lucía Escribano y el tenor Luis Alberto Giner: Caro Nome, de Rigoleto; Celeste, de Aida; O mio babbino caro, de Gianni Schicchi; Nesun Dorma, de Turandot; Un di Felice, y como colofón, el brindis, de la Traviatta.
Es una pena que ninguno de estos conciertos haya convocado a más de cincuenta personas. Es verdad que el patio de armas del Castillo, que este verano está en rehabilitación, es un espacio único. Pero el rincón de la plaza, contra el paño de la muralla, tiene también su encanto, y la calidad de los conciertos, a unos precios de menos de diez euros, merecería más público.
El fin de semana que viene hay 3 conciertos del Festival de Música Antigua Marqués de Santillana: el viernes a las 21’00, Eduardo Paniagua; el sábado a las 21, el guitarrista Adam Levi; el domingo a las 13h en la iglesia, canto gregoriano de la Scola Polifónica de Madrid.
¡Harán mal en perdérselos!