Miguel Ángel Granado
(Dedicado a Coral, mi compañera, con quien tuve la suerte de observar esta especie, concretamente el individuo de las fotos. Fueron unos minutos inolvidables)
El Búho chico (Asio otus) es una de las aves más atractivas que podemos encontrar en nuestra geografía. Al ser una rapaz nocturna, como ya se comentó en textos anteriores, existe ese halo misterioso por la dificultad para avistarlas, debido a sus hábitos nocturnos y su carácter tímido. En el caso de este estrigiforme coincide, siendo uno de los más retraídos y silenciosos de este grupo. Con un tamaño aproximado de 35 cms. y una envergadura cercana al metro de longitud, si tenemos la suerte de localizarlo, como cito en la dedicatoria, nos llamará la atención la cabeza redondeada y unos penachos de plumas a modo de orejas, más aparentes que en otros búhos.
Luce un diseño facial muy característico, donde llaman la atención sus grandes ojos anaranjados, las plumas blancas a modo de nariz, contrastando con el color ante del resto de la cara, enmarcada por un fino ribete negro. En el cuerpo apreciamos diversas tonalidades marronáceas, la coloración general es herrumbre, con múltiples vetas o trazas más oscuras, tanto por la zona frontal como dorsal. Carece de manchas blancas en el borde posterior de las alas. Las garras y el pico son negros; las patas están cubiertas de plumas. Sus alas son largas y estrechas y, como en otros búhos, no suenan cuando bate, lo que les permite aproximarse a sus presas por sorpresa. Los jóvenes son similares pero con menos contraste, tonos más apagados. Si se siente observado adopta una posición muy mimética, alargando su cuerpo al máximo, entornando los ojos, estirando las orejas y comprimiendo el rostro: tendremos la sensación de estar viendo una rama gruesa y corta. Nuestra experiencia personal cuando le vimos fue precisamente esta, nos parecía un trozo de tabla enganchada a las ramas de un árbol. Puedo asegurar que es de las aves más discretas que existen. Estuvimos mirándole cerca de tres minutos: primero estuvo muy quieto aunque no advertía que estuviéramos pendientes de él, tras lo cual, comenzó a girar la cabeza y a parpadear. Luego echó a volar con su modo errático y característico. Inolvidable.
Es un ave territorial aunque en invierno forman grupos y permanecen juntos en el dormidero. Recibimos una buena cantidad de individuos procedentes de zonas septentrionales del continente europeo. Sin embargo en latitudes más templadas como en nuestro país, se comportan como sedentarios. El Búho chico está bien distribuido por todo el hemisferio norte, en América, Asia y Europa. Ocupa algunas zonas del norte de África e islas del Océano Atlántico. En nuestro país está bien repartido, escaseando únicamente en algunas zonas de la cornisa cantábrica y Andalucía. Presente en las Baleares y en las Canarias a excepción de Lanzarote y Fuerteventura. Los inviernos en los que hay abundancia de presas, las penínsulas mediterráneas y el sur de Francia acogen multitud de ellos. Está ligado a los bosques pero no a los que son extensos y densos, prefiere los de ribera, los bosquetes-isla, las dehesas,…siente querencia por los pinares. De hábitos totalmente nocturnos, preda sobre animales muy diversos aunque la mayoría son ratones de campo, topillos y ratas; en menor medida gazapos u otras aves y raramente sobre reptiles, anfibios o insectos grandes.
Avanzada la estación fría comienza el celo: será cuando más cantará. A partir de febrero oiremos un ulular grave y breve que repite cada 2-3 sg.: «hoo-hoo-hoo» Durante el cortejo ambos individuos se tocan con las puntas de las alas al volar, lo que se producirá antes de la cópula. Tras esta llega la puesta, generalmente no construyen nido, utilizan uno vacío de córvido o ardilla al que apenas aportan material. La hembra pone de tres a seis huevos en intervalos de 48 horas, que incubará cerca de un mes. El macho aporta alimento y en contadas ocasiones relevará a su consorte. La eclosión es escalonada, cada día o dos días nace un pollo; a los veinte días ya se mueven por las proximidades del nido sin haber mudado el plumaje completamente; pasarán otras diez jornadas más antes de realizar sus primeros vuelos. Aunque esta especie no es colonial, resulta frecuente que los nidos no estén muy alejados unos de otros.
El total de sus poblaciones es aproximado, no existen datos exactos. Este búho no se encuentra amenazado aunque le afectan los cambios en la agricultura tradicional y la deforestación. Se incluye en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas con la figura «De interés especial» ?El día que consigues localizarle o encontrarlo, tendrás la satisfacción de observar a una de las aves más discreta y elegante, te puedes deleitar observando su plumaje, su cabeza, sus garras,…?
Esperemos que siga siempre con nosotros.
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