Luis Fco. Durán Carretero
Estallan los primeros cohetes en el cielo, indicando que las fiestas del pueblo han comenzado. Algunos chavales corren de un lado para otro a recoger las cañas de junco donde van montados los cohetes, para hacerse unas inofensivas flechas, mientras el resto esquivan a los gigantes y cabezudos, que reparten risas y carreras, acompañados por los cuatro músicos que componen la orquesta del Sastre (Q.P.D)
Los almendreros colocan sus puestos, repletos de almendras peladas o sin pelar o garrapiñadas, garbanzos tostados, piñones azucarados, pipas saladas. Juguetes variados, «chisporreteos» y por supuesto petardos. La caseta de tiro, con sus escopetas desviadas y los palillos húmedos para que se giren y no se rompan…triquiñuelas de feriantes para sobrevivir.
Misa, Procesión, subasta de varas y a tomar unos chatos en las tabernas del pueblo, algún refinado se toma un Cinzano de botellín, buenísimo vermut, por cierto.
Comida familiar para recibir a los parientes que venían de otros pueblos, reencuentros anhelados y esperados o simplemente vivían en el mismo pueblo, pero ese momento familiar o de amistad no se da todos los días. Un día comían en una casa y otro en la en otra…la familia y los amigos es de lo mejor que te puede acompañar en los buenos momentos y los de llorar…iba haber puesto de olvidar, pero el olvido no es bueno. En esta vida nada merece ser olvidado, ni lo bueno ni lo malo, pues de cada uno se aprende algo, siempre para bien, sino ¡pa qué!…vas a aprender…
Después toros. Plaza de carros en la que se soltaran unos chotos o chotas para divertimento de la gente. Aparecerán los más valientes en estas lides, total para dar cuatro trapazos, cuatro recortes y un montón de revolcones que harán las delicias del público en general. Pero y lo bien que nos lo pasamos ¡Qué!…
Por la noche música en la plaza, sus pasodobles, sus interpretaciones de Manolo Escobar, Antonio Molina o la última de Camilo Sesto, con alguna versión inverosímil de los Beatles.
La chavalería entretanto pues intentábamos que las chicas se vinieran a los oscuro, pa ná, a fin de cuentas, pues esa época bailar agarrado era bailar a distancia. En esa época las mamas, si su hija tenía unas glándulas mamarías desarrolladas, ya se encargaban de ponerle tres jerséis, para que no se la notasen y se acabó el sueño adolescente…pero éramos felices.
De hecho cuando íbamos a otros pueblos de fiesta, no íbamos con la intención de pegarnos con nadie, ni de destrozar todo lo que se pusiera a nuestro paso. A medida que íbamos saliendo, teníamos amigos en los pueblos a los que nos desplazábamos y a la par nos juntábamos para tomar medios cubalibres con los de otros pueblos que coincidíamos en el pueblo que se terciara…
Ya sé que todo cambia, pero, Que tenemos que aguantar lo que ocurre en las fiestas de cada pueblo. Lo que toda la vida ha sido y, debería ser unos días de confraternización, de alegría, de juntarse para disfrutar de las Fiestas. Ahora se está convirtiendo en un desmadre sin sentido, sin vergüenza, sin respeto y no lo digo por las copas, copas y muchas siempre nos hemos tomado…pero de ahí a destrozar zonas públicas como privadas, media un abismo. Hablo de educación, de respeto, de valores, de saber estar. Nadie es mejor que nadie ni nadie es peor que nadie, porque haya nacido antes o después, es simplemente que nos debemos un respeto, si queremos convivir como lo que se supone que somos…PERSONAS…
Yo entiendo y comparto que la gente disfrute de las fiestas, se ría, baile… ¡que se lo pase fetén! Pero sin que los demás tengamos que sufrir sus desvaríos, pues no mola ni gota.
Por eso tengo esa añoranza, porque nosotros nos divertíamos y respetábamos y esto de ahora ni es divertido ni respetuoso…alguien debería tomar nota al respecto…
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