SENTADA EN MI SILLÓN DE OREJAS

Rosa Ortega Serrano

Los encierros no vienen bien, eso ya lo sabemos. Apenas hace cinco años del confinamiento y ya hemos olvidado a todas las personas que murieron en las residencias y fuera de ellas. Hoy la epidemia del Covid 19 nos parece muy lejana, aunque marcó profundamente nuestras vidas. Son muchos días y muchas miradas al móvil, hiperestimulación tecnológica la llaman algunos. El olvido nos vuelve más tristes y más tontos, no recordar nuestros errores nos lleva a repetirlos. 

Con las lluvias de estas últimas semanas revivimos aquella cuarentena y nos volvemos a sorprender con las hazañas bélicas de nuestros semejantes. Hace años una amiga americana me decía algo así como que “alguien tiene que hacerlo”, refiriéndose a la desafortunada intervención de EE. UU. en todos los lugares geoestratégicamente importantes. 

Padecemos la presencia constante de un tutor interesado (Chile, Irak, Afganistán, Somalia, Haití, Panamá, Ucrania, Gaza…). EE. UU. nos protege, nos vende armas y cuida de nosotros. Ahora Europa está asustada. Queremos autonomía, mantener nuestros valores culturales y sociales, olvidarnos del resto del mundo en un escenario global. Parece un poco tarde para pensar en una Europa unida y soberana. 

Pronto no quedarán tierras vírgenes, ni minerales esenciales. Por no quedar, no quedarán ni sirios, ni palestinos. Europa se refugiará en una catedral gótica y regalará cañones a los nórdicos para decorar sus fiordos. Mientras, un senegalés y un keniata recorrerán el mundo a pie buscando razones para colonizar otras tierras, pero la OTAN surgirá de sus cenizas, repartirá armas a todos los sobrevivientes y la historia volverá a empezar. Aquí puede pasar de todo

Frivolizar sobre ecopolítica y geopolítica no está bien, ya lo sé, pero la información que recibimos es tan sospechosa. Hace falta mucha dedicación para lograr entender por qué la democracia más consolidada del mundo ahora no es una democracia y su presidente, un solo señor, anda poniendo patas arriba el mundo.

Les pido disculpas por este embrollo político con tintes de realismo mágico. Yo solo quería manifestar mi indignación porque el ejército israelí ha reanudado el ataque a Gaza, recordar a todas las personas que murieron por la epidemia de Covid y de paso confesarles que no entiendo nada de estas derechas con consignas de izquierdas y políticas neofascistas. Últimamente hay mucha gente dispuesta a resucitar a Hitler. Mi amiga americana está tan asustada como yo. 

Vuelvo a mi sillón de orejas, solo la lectura me puede aliviar. El poema es de Jorge Luis Borges. Es uno de los autores clave del siglo XX. Además de ser escritor, traductor, poeta, profesor, ensayista fue un gran lector. Sus dos obras más conocidas son El Aleph Ficciones, aunque escribió todo tipo de textos, de ficción y no ficción, que hicieron que se le clasifique como uno de los grandes escritores de nuestro tiempo.

MIS LIBROS

Mis libros (que no saben que yo existo)

son tan parte de mí como este rostro

de sienes grises y de grises ojos

que vanamente busco en los cristales

y que recorro con la mano cóncava.

No sin alguna lógica amargura

Pienso que las palabras esenciales

Que me expresan están en esas hojas

Que no saben quién soy, no en las que he escrito.

Mejor así. Las voces de los muertos

Me dirán para siempre.

¡LES DESEO UN FELIZ DÍA DEL LIBRO!

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