AVES DE LA SIERRA NORTE. EL BUSARDO RATONERO

El sábado 5 de octubre celebramos de nuevo el Día Mundial de las Aves con el grupo local SEO-Sierra Norte. Y como en estos últimos años, la actividad que más gente congregó fue la liberación de aves rapaces. En esta ocasión los compañeros del CRAS de Madrid nos trajeron un Busardo ratonero (Buteo buteo). De hecho en el artículo las imágenes que aparecerán acompañando a este texto serán las de ese individuo que soltamos, así que el ave estará en mano, unos segundos antes de volar en libertad.

Aprovechando esta colaboración y, antes de empezar a escribir sobre la especie, vamos a comentar la labor que se desarrolla en el los Centros de Recuperación de Animales Silvestres. Son organismos públicos que dan servicio en cuanto a la rehabilitación de animales se refiere: heridos, jóvenes que nos podemos encontrar en una situación de peligro sin tener a sus progenitores cerca, etc. La mayoría de los que se encuentran en el centro se deben a la colaboración pública. Si encontramos un ser vivo indefenso y con riesgo de morir, debemos llevarlo al CRAS de Madrid: es el mejor lugar para que se hagan cargo de ellos. Los técnicos que trabajan allí (gente con titulación adecuada) tienen conocimientos y experiencia para curarlos y, tras ello, devolverlos de nuevo a la naturaleza. Sabemos que nosotros, los seres humanos, somos los que más impacto causamos en las distintas especies, directa o indirectamente y, al menos hay que intentar salvar a los que podamos. 

Siempre que vienen y antes de liberar al ave, nos dan unas explicaciones previas sobre su trabajo y también la historia del individuo que nos han traído. Comentamos un poco sobre las generalidades de esa especie y, después, alguien de los presentes se encarga de liberarlo. Es un momento muy emotivo, observar como el ave vuela libre por encima de nosotros y se reencuentra con el mundo natural.

El Ratonero es una rapaz de mediano tamaño (46-58 cm. de longitud y 110-132 cm. de envergadura), con algunas características propias. Una de ellas es la variedad de morfos existentes, distintas coloraciones del plumaje, por lo que en esta ocasión no lo describiremos, las imágenes nos muestran los detalles; es importante mencionar que esta es la coloración más típica. Comentar asimismo que es una de las aves planeadoras más numerosas, debido sobre todo a su gran capacidad de adaptación, pudiendo vivir en diferentes entornos y además, con una dieta muy variada. Es frecuente observarlo en los postes de las carreteras, ya que también consume carroña.

Existen varias subespecies repartidas por muchos lugares del mundo; en nuestro país se haya muy extendido por toda la Península, aunque escasea en la franja mediterránea y sobre todo en el Sureste (Cabo de Gata y alrededores). Vive también en las islas Canarias a excepción de Lanzarote y está ausente en las Baleares, Ceuta y Melilla. Es migrador parcial, por lo que en invierno llegarán bastantes individuos procedentes de enclaves europeos más norteños. Pasa mucho tiempo en vuelo y es muy frecuente escuchar sus vocalizaciones, un grito como piiii aaaa o piou piou.

Como decíamos es poco exigente en cuanto al hábitat, únicamente en época reproductora requiere de árboles donde instalar el nido, especialmente los bosques abiertos como dehesas aunque también ocupa bosques cerrados de montaña. Sin embargo en Canarias prefiere instalarlo en  roquedos. En invierno lo podemos observar en cualquier tipo de paisaje como campos de cultivo o páramos. Se alimenta de una gran variedad de animales aunque mayoritariamente ratones y otros roedores. Asimismo aves, lagartos o insectos como escarabajos y lombrices. En ocasiones pesca y, es frecuente que cace conejos pequeños. La carroña la consume sobre todo en invierno, cuando escasea el alimento. 

Llegados los meses de abril y mayo este ser oportunista como pocos, se reencontrará con su pareja a la que permanece fiel año tras año aunque durante la estación fría estén separados. Cuando se juntan de nuevo, dan muestras de alegría realizando vuelos acompasados mientras reclaman; el macho se exhibe con unos movimientos que se conocen como “montaña rusa”: tras elevarse bastante se dejará caer en picado a gran velocidad girando y volviendo a elevarse de nuevo cuando se acerca al suelo. Siempre retornan a su territorio y reacondicionan alguno de los nidos de años anteriores o construyen uno nuevo. De esta tarea se encargan ambos, creando una plataforma de ramas tapizada interiormente con hojas, musgo, algas,…La hembra pone de 2 a 4 huevos que incubarán ambos adultos (aunque más tiempo ella) durante un periodo de unos 35 días. Tras la eclosión la descendencia es alimentada también por ambos y a los 50 días abandonarán el nido, acompañados de sus progenitores.

Aunque el Ratonero sigue siendo un ave numerosa, ha sufrido en el pasado y aún hoy en día persecución directa por parte de cazadores, por considerarlo un competidor. Además sufre colisiones con tendidos eléctricos, atropellos y le afecta bastante el veneno por sus hábitos carroñeros. Protejamos a esta rapaz singular, que es la más común de observar debido al tiempo que permanece en vuelo.

Miguel Ángel Granado

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