AVES DE LA SIERRA NORTE. EL TREPADOR AZUL

Miguel Ángel Granado 

Cuando caminamos por el campo y escuchamos el canto de los pájaros, normalmente miraremos a las ramas si queremos visualizarlos. Pero existen aves a las que localizaremos moviéndose por los troncos. Concretamente son dos familias: los Cértidos, que está compuesta por los agateadores y los Sítidos, que engloba a todas las especies de trepadores. Si el sonido proveniente del árbol es como un chui-chui-chui, repetido con frecuencia, entonces ya no hay duda: se trata del Trepador azul (Sitta europea).

Ave de aspecto robusto, debido a ello parece mayor de lo que realmente es, apenas 14-15 cm. de longitud. Es de color azulado, es cuellicorto (su cuello es inapreciable) y sube y baja con inquietud por los troncos: suele descender con la cabeza por delante. Si podemos observarlo de cerca, apreciaremos el color gris azulado de sus plumas dorsales, además de las de las alas y cola. Por la zona ventral luce un anaranjado claro, más intenso en los machos que, además, tienen un color castaño rojizo en los flancos y en la parte inferior de la cola. Ésa es la única característica que nos permite distinguir el sexo, por lo demás ambos son iguales. En la cabeza presenta una raya negra, que va desde la base del pico hasta la nuca, pasando por los ojos. El pico es de color gris pizarra, recto y no excesivamente fino, parecido al de los pícidos. Las patas cortas y fuertes son su medio de locomoción, ya que la cola de los trepadores es cuadrada y pequeña y no le sirve para sujetarse al tronco, como sí la utilizan los pájaros carpinteros. De modo que las patas del trepador poseen unos músculos potentes, que son los que les permiten subir, bajar o incluso ponerse boca abajo mientras se mueve por los troncos. 

Es residente y sedentario, incluso en zonas de montaña en invierno. Se distribuye por amplias regiones de Europa, Asia y el norte de África. En España se reconocen dos subespecies: caesia, que ocupa la parte norte y hispaniensis, en el centro y sur peninsular. A destacar su preferencia por los bosques maduros y umbríos, preferentemente caducifolios; será difícil encontrarlo en lugares secos, siempre ocupará lugares frescos en los que no se note tanto el estío. Es por ello que abunda más en el norte; en el centro y sur ocupa las zonas montañosas y arboladas. En nuestra comarca es muy común.

Por tanto es un ave forestal que tiene predilección por los robledales o quejigares, de ahí que la Sierra Norte sea un buen lugar para encontrarlo. También habita en hayedos o bosques de ribera. Los bosques de hoja perenne como encinares, alcornocales o pinares le gustan menos y evita las repoblaciones de chopos o pinos. Asimismo, es habitual observarlo en el suelo. Será raro verlo en grupo, o estará solo o con la pareja. Se alimenta de arácnidos e insectos además de larvas de escarabajos, mariposas y dípteros. Complementa su dieta en otoño con avellanas, hayucos, piñones e incluso nueces. Para abrirlos, coloca el fruto en alguna grieta de la corteza y lo golpea con fuertes picotazos, realizando un agujero para comer su contenido. En el caso de las avellanas, muchas veces acaba partiéndolas en dos. El Trepador azul es muy territorial, atacará a cualquier pájaro que se acerque aún siendo un congénere; a veces tiene disputas con sus crías, una vez que estas ya pueden volar. Comienza a reclamar desde enero aunque los meses en los que más lo hace son los de marzo y abril. A partir de junio es silencioso. 

En los primeros días de marzo algunos machos comienzan el cortejo, normalmente con su pareja del año anterior. Buscarán un lugar donde construir el nido pero esto no sucederá hasta bien entrado abril. Lo emplazan en huecos de árboles, en grietas en los muros o en cajas nido. También reutilizan viejos nidos de pájaro carpintero y al ser el orificio muy grande, lo estrecharán con barro. Al igual que si es pequeño, pueden agrandarlo golpeando con el pico. He podido observar hace tiempo como un trepador golpeaba insistentemente el agujero de entrada en una caja nido para pájaros de menor tamaño hasta que, finalmente pudo ocupar su interior para anidar. La hembra acondicionará el nidal con trozos de corteza de árbol u hojas secas de haya o roble. Realizan una única puesta a finales de abril o, más frecuente es que esta se produzca durante la primera quincena de mayo. La incubación se prolonga durante dos semanas o algo más y la acomete la hembra. El macho se encarga de su manutención. Cuando nacen los pollos ambos adultos los ceban; abandonarán el nido y el territorio a los 25 días aproximadamente.

A los trepadores los afectan los incendios, la fragmentación de las masas forestales y explotaciones que afectan al desarrollo de grandes árboles. Esta ave no se encuentra amenazada pero debemos cuidar nuestros bosques si queremos seguir viendo a este particular ser subiendo y bajando por los troncos.

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