La plaza de la Picota fue el punto de encuentro a las 7 de la mañana, cuando el día empezaba a clarear para la jornada de la Siega. Algunos con la vestimenta tradicional, recibían a los visitantes, mientras se distribuían las herramientas adecuadas; tras el desayuno típico con galletas, bollos con anís y vino dulce, el aguacil anunciaba la jornada, y se desplazaban a la tierra de segar con los burros.

Tras la siega de la cebada de manera tradicional, se hacía la recolección y almacenamiento de la mies para la trilla posterior.

Hubo también talleres de elaboración de escobas de sonjera,  del «Corro Espartero» y de elaboración de chorizo.

El trabajo duro merecía un almuerzo típico para los participantes y degustación de de queso de la Sierra Norte de Madrid.

Las actuaciones en la Plaza de la Picota con el Espectáculo «El Puchero» por La Garrota y del Grupo de Jotas de El Berrueco, dieron por finalizada la jornada.