Se ha restaurado el cauce mediante la estabilización de sus orillas con técnicas de bioingeniería, la revegetación con especies silvestres y la restauración del hábitat natural fluvial.

La Confederación Hidrográfica del Tajo, organismo autónomo adscrito al Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico, ha finalizado los trabajos del proyecto para la recuperación de la continuidad fluvial y los ecosistemas de ribera de los arroyos Peñalén y Merdero en el Parque Nacional del Alto Tajo, situado en la zona suroriental de la provincia de Guadalajara, en los términos municipales de Poveda de la Sierra y Peñalén.

Se trata de un espacio de importante riqueza natural (incluido en la ZEC y ZEPA “Alto Tajo”, de la Red Natura 2000), lo que motivó a la Confederación Hidrográfica del Tajo a proyectar una serie de actuaciones encaminadas a la recuperación del ecosistema fluvial, fuertemente degradado por la explotación minera de caolín desarrollada en las canteras situadas de la zona perimetral del Parque Nacional.

En particular, los cauces de los arroyos Peñalén y Merdero se vieron muy afectados por los sedimentos de caolín arrastrados desde las canteras, sobre todo por la escorrentía asociada a fuertes precipitaciones, que provocó una drástica alteración de su morfología, y de la composición y granulometría del sedimento de su lecho. Para evitar que los sedimentos de caolín alcanzaran el cauce del río Tajo, fueron construidos, hace varias décadas, tres diques de gaviones en sus cauces. Sin embargo, el enorme volumen de sedimentos de caolín arrastrados colmató los diques al poco tiempo, por lo que perdieron su función de contención.

Para revertir esta situación, y en paralelo con la restauración de la corta minera de Santa Engracia (Proyecto LIFE RIBERMINE), la Confederación Hidrográfica del Tajo ha llevado a cabo la retirada de más de 30.000 m³ de sedimentos de caolín del cauce de los arroyos, y ha procedido a la demolición del dique de gaviones ubicado en el arroyo Merdero de aproximadamente 28 metros de longitud y 4 metros de altura. Los cantos rodados que rellenaban el cuerpo del dique se han extendido a lo largo del cauce para la restauración morfológica de su lecho. Tras la retirada de los sedimentos de caolín, se han estabilizado las márgenes de más de 220 metros de cauce, mediante técnicas de bioingeniería, consistentes en empalizadas de troncos y de biorrollos de fibra de coco. Las empalizadas se han ubicado en la margen derecha, sometida a mayores velocidades del agua, con el fin de reducir su erosión a la vez que propicia la retención de agua y de sedimento, lo que facilita la estabilización y la restauración vegetal de la ribera. En particular, sobre las propias empalizadas, y en toda la zona de ribera, se ha revegetado mediante estaquillados de sauces y plantaciones en contenedor de majuelo y rosal silvestre, que, a día de hoy, ya van adquiriendo vigor.

Como actuaciones complementarias encaminadas a la mejora de hábitats naturales y de especies de fauna silvestre, se han construido tres charcas para la herpetofauna y dos balsas para el abrevadero de la fauna mayor emblemática de este espacio natural, como son el corzo, ciervo, gamo y jabalí.

Las actuaciones se han ejecutado en un plazo de ocho meses, y con una inversión de 697 708,08 euros, financiados por la Unión Europea con Fondos Next Generation, dentro del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia del Gobierno de España.