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Me gusta hacer ganchillo o calceta, me gusta tejer y destejer, me gusta pensar que, como Penélope, espero a mi Ulises jubilado.
Quise convertir a Penélope en un símbolo feminista y celebrar el día 8 de marzo haciendo ganchillo, mientras nuestros compañeros nos leían LA ODISEA. ¡No tuve éxito! Pensé: ¿Qué tal un cine forum con La loca y el feminista? Una mujer espera sentada en un bar, llega un hombre, la besa y se sienta a su lado. Ella le pide por favor que no vuelva a definirse como feminista porque no lo es. Discuten y ella le pregunta por la hora a la que tiene clase de guitarra su hija, quién va a pensar la comida o cuántas veces le ha pasado la liendrera. Pilar Gómez es la actriz y guionista de este corto presentado a los Goya de 2023. Merece la pena verlo. Nos da pistas de cuánto cuesta compartir plenamente las tareas, sean de trabajo o de organización de la vida doméstica. Muchas veces no nos importan las mismas cosas a los hombres y a las mujeres, iniciamos conversaciones que no conducen a nada, pensamos que los hombres han sido educados y socializados en una manera distinta de pensar y actuar. Pocas veces la teoría y la práctica feminista llegan a fundirse. Un desastre ¡Quiero volver a mi Penélope!
En La Odisea su labor simboliza «paciencia y resistencia». Su tejido y destejido continuo puede interpretarse como una metáfora de esa labor invisible y no siempre valorada realizada por las mujeres en la sociedad. En realidad, Penélope se hace cargo de la hacienda. Cría a su hijo, desafía a los poderes establecidos y además teje y desteje esperando a su Ulises.
¿Cómo podemos proponer u organizar otras actividades que honren a Penélope en el día internacional de la mujer? Ni idea. No parece que los torneos de pádel con cocktail, las primeras ediciones de los reconocimientos del 8M: ocho mujeres, ocho motivos o los concursos de croquetas, aporten demasiado. Las mujeres nos celebramos sin parar entre nosotras y con el resto del mundo. Confiemos en la educación y en la providencia para que los jóvenes no tengan ni que plantearse estas obviedades.
He elegido para terminar unos versos de Miren Agur Meabe, premio nacional de poesía 2021. De su libro “Cómo guardar ceniza en el pecho”
LAS AGUJAS DE HACER CALCETA
Quería enseñarte con la vehemencia de una maestra
Que explica las cuatro operaciones básicas.
El banco encalado, mis rodillas crudas
Bajo la falda escocesa.
Pero si sujetas las agujas, como si fueran lápices,
Me dijiste riendo.
Me edifiqué a tirones
Como aquel ovillo atrapado en la cesta.
El sol, una llamarada en la escollera.
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