El 20 de enero, cuando se acerca las cinco de la tarde, los sonidos de los cencerros, los mozos vestidos con coloridos y variados trajes se van concentrando en la casa de donde saldrá la Vaquilla, donde vive el chico que tiene el honor y el esfuerzo de llevarlo. Este año correspondió a Abel Raposo, que seguido de casi 34 acompañantes, entre vaqueros y los gurramaches recorren las calles del pueblo.
Y este año, con una tarde casi perfecta de temperatura, tras el temporal de lluvia del día anterior, se lanzaron seguidos de familiares y amigos. Tras recorrer las calles del pueblos llegaron a la plaza de la Constitución, donde les esperaban muchos vecinos, cuyo número se fue incrementado hasta llenar la plaza.
La vaquilla, los vaqueros y los gurramaches dan vueltas a la plaza, para volver a salir y recorrer las calles del pueblo, en un recorrido que se repite varias veces. Sus carreras concluyen cuando suben al balcón del ayuntamiento, para saludar y vitorear a los congregado. Luego tras la muerte simbólica de la vaquilla, es tiempo de saludar y hacerse fotos con sus familias.
Pedrezuela es uno de los pocos pueblos de la Comunidad de Madrid que mantiene la celebración de esta fiesta, en la que los jóvenes que participan en ella son los que cumplen 18 años, mientras que sus acompañantes son un año menor. A los primeros se les denominaba quintos. La figura principal es la vaquilla, que es acompañada por los vaqueros y los gurramaches.
Se trata de una de las tradiciones más arraigadas del municipio. Esta celebración ancestral y de carácter laico fue declarada de interés turístico por la Comunidad de Madrid en 2011 y según referencias documentadas tiene lugar desde el siglo XVII.
Pan de anís solidario
Uno de los rituales es la entrega del pan de anís (Más de 800 unidades este año) entre los asistentes, un pan que se hace especialmente para ese día. Y que este año introduce como novedad que los vecinos donen un euro por cada pan a una de las entidades sin ánimo de lucro del municipio. Este año el dinero recaudado lo recibirá Cáritas Pedrezuela, que como agradecimiento repartirá caldo durante la espera a la recogida del pan.
A continuación habrá un aperitivo, acompañado de vino en la Plaza del Cristo. La tarde se cierra con música y baile. Y para los más jóvenes un DJ pinchará en la Plaza de la Constitución a partir de las 23.00 horas.
Cabe recordar que este evento llega tras el solsticio de invierno y se enmarca dentro de las llamadas fiestas de invierno vinculadas a actividades agrícolas y ganaderas. La finalidad de los rituales de la vaquilla era la de ahuyentar el mal con el ruido de los cencerros y favorecer la fertilidad de la tierra y de los animales. Se trata de un ritual de origen pagano que nos acerca a la repetición del ciclo de la creación con la llegada de un nuevo año.
La tradición popular también señala que esta celebración suponía un ritual de iniciación masculina en el que los jóvenes debían alejar a los malos espíritus que habían llegado la noche de todos los Santos.
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