El 19 de agosto en Villavieja, fue un día movido; día grande de las fiestas y además con un aliciente especial, una bueyada infantil, con un recorrido desde la plaza del ayuntamiento hasta la pequeña plaza de toros de la localidad. El ambiente festivo no se vio interrumpido en ningún momento, con niños y mayores andando junto a los becerros, entre el respeto y la admiración. En ningún caso un encierro al estilo de los sanfermines.
El ambiente festivo y sin problemas continuo en la plaza de toros, con los enormes bueyes que hicieron un recorrido por las calles del pueblo; y con la clase de práctica de alumnos de escuelas taurinas.
La Llamada de Pacma, para prohibir lo que ellos consideran un maltrato infantil, se quedo en una anécdota, con una notable presencia de efectivos de la Guardia, y una presencia casi invisible de miembros de esta formación, sin que hubiera incidentes por este motivo.
Otro problema más serio, fue el incidente entre la persona que llevaba los bueyes, con dos periodistas de un programa de Telecinco, que acabo con la agresión sufrida por estos, y la ruptura de la cámara con la que estaba grabando la fiesta.
Ante todo, condenar cualquier agresión a cualquier persona, y sobre todo a profesionales que están haciendo su trabajo. Y esto es, también aplicable a muchos reporteros, que buscan las polémicas, sin aceptar, que la ausencia de problemas es la mejor noticia.
Personalmente, yo no vi el condenable incidente, pero si les vi, en otros momentos grabando y andar sin problemas entre los numerosos vecinos presentes.
Estos periodistas que buscan la polémica y no la noticia no entienden que una persona tiene derecho a pedir no ser grabada y ellos hacen caso omiso a esas peticiones hasta que saltan los nervios que es lo que realmente buscan.