Todos los que hemos tenido la suerte de nacer en la Sierra del Rincón y que presumimos de tener canas, recordamos que en nuestra infancia y adolescencia, fuimos poco a poco conociendo los animales domésticos y silvestres, que otros niños que vivían en grandes ciudades no tenían tantas posibilidades. Por eso si volvemos la vista atrás recordamos ver en nuestros cielos águilas, búhos, cernícalos, urracas y mirlos. ¿Quién no vio en tiempos pasados una corza con su cría en Las Cerquillas, o a una jabalina con sus jabatos de careo en Los Helechales, o a un conejo en Las Minas o a una comadreja en El Lomo?
La zona que algún listillo la llamo “Sierra Pobre” fue, es y será rica en cultura, rica en sus costumbres y tradiciones, rica en su flora y en su fauna, rica en belleza y sobre todo, riquísima en sus gentes, mujeres y hombres que fueron sabios rurales, que supieron subsistir y sacarnos a todos hacia adelante. Hoy se conoce como Sierra del Rincón.
Hay que agregar que sus pobladores fueron respetuosos con el medio ambiente y su fauna, pero amigos míos, por el cambio en el tiempo, por la sequía, por la falta de nieve, por las enfermedades de los animales hemos visto que las cosas están cambiando. Por otra parte, se han dejado de sembrar cereales, han desaparecido los rebaños de ovejas o de cabras, hay menos aves que surcan nuestros cielos.
Si das un paseo por nuestro “rincón” es muy raro que veas una perdiz o un conejo. Las enfermedades y los furtivos terminaron con algunos animalillos y por eso un servidor quiere decir que se intenta de soldar un eslabón de nuestra cadena.
Las empresas se forman porque alguien tiene una idea, otros la estudian, aquellos la ejecutan y todos la pueden disfrutar si lo desean. Al final del siglo pasado una enfermedad, la mixomatosis, junto a otras causas, terminaron con la mayoría de los conejos de nuestra sierra y ahí se rompió el eslabón de la cadena alimentaria. Porque los roedores (comida de rapaces y zorros) no están aquí para presumir, están porque la naturaleza los necesita, sino no estarían. Las sociedades de cazadores intentan cuidar a los conejos pero no se puede cuidar lo que no existe.
Para evitar esa ruptura en la cadena cinegética, la Federación Madrileña de Caza ha donado más de cincuenta parejas de conejos, que de acuerdo con la Comunidad de Madrid y sus Ayuntamientos, las Sociedades de Cazadores y La Mancomunidad de la Sierra del Rincón el pasado día 25 de enero de 2023realizó una jornada de repoblación de conejos de monte, acompañados por don Luis del Olmo, director General de Biodiversidad y Recursos Naturales, por las autoridades de los pueblos, por miembros de la Reserva de la Biosfera y de la Mancomunidad de Sierra del Rincón. Se me olvidaba mencionar a unos padrinos de excepción que lo pasaron, según ellos, de “rechupitingui”. Fueron los niños del colegio público de Montejo Ángel Gómez de Andrés, que además de tener la clase al aire libre, pudieron ver la suelta de los conejillos de campo que iban a estrenar casa y pueblo nuevo en libertad.
Los Ayuntamientos de Madarcos, Prádena y Montejo, donde han soltado, con todas las garantías veterinarias, a estos amigos nuestros han preparado unos majanos que serán sus nuevos hogares. Omitimos el lugar donde los han soltado, lo primero, porque no lo sabemos y si lo supiéramos no lo deberíamos decir, que los conejos ahora no quieren recibir visitas. Están tomando posesión y conociendo el terreno por donde van a pasear. Mensaje para los cazadores: sería interesante dejarlos tranquilos hasta que formen y aumenten sus familias, se conozcan el terreno y se restaure el “eslabón” y ya habrá tiempo de visitarlos cuando se hayan multiplicado y restablecido la cadena.
Vecinos y cazadores, grandes y pequeños, tenemos que procurar que nuestra sierra, vuelva a tener lo que siempre tuvo. Vamos a disfrutar y nos alegraremos de cumplir con nuestro deber.
Rafael de Frutos Brun
Montejo de la Sierra
Primavera 2023
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