Este mes de marzo de 2023, sacamos nuestro número 300. En estos casi 26 años hemos publicado decenas de noticias y fotografías.
Son muchas historias, con protagonistas conocidos, muchos anónimos, pero representativos de la vida de nuestros.
Nuestro archivo alberga miles de fotos en blanco y negro, en color; este aniversario lo celebramos con un recopilatorio de una imagen de cada número publicado.
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NOTAS SOBRE REPLICA AL ARTICULO DE LA TORRE VIGILANTE. SENDA NORTE Nº 299 Y 300
He leído en la página 4 (opinión) del SENDA NORTE nº 300, una réplica firmada por Carmen Requejo, al artículo titulado “Las animaladas de los animalistos”, de “La Torre Vigilante”, que salió publicado en el número 299 correspondiente a febrero, en el que el autor se queja – eso sí, de manera vehemente- de los hechos, publicaciones, denuncias etc. del partido PACMA, a cuyos miembros tacha de extremistas, exagerados y “cantamañanas”, añadiendo una serie de argumentos y quejas por considerarles meros urbanitas que parecen desconocer el medio rural al que según dice acuden únicamente los fines de semana, siempre en opinión del autor.
En la citada réplica, la autora de la réplica afirma; “no trato de defender en estas líneas a los miembros de PACMA…”, mostrando su malestar por el “desprecio y desconsideración” que muestra hacia ellos, la “abundancia de improperios” y “falta de argumentos”, en lo que, precisamente parece una defensa cerrada de dicho partido, más que otra cosa.
En estos curiosos momentos, nuestra sociedad no destaca precisamente por la amabilidad, concordia, consideración, deferencia, miramiento de unos ciudadanos contra las opiniones de otros -lo vemos habitualmente en las redes- donde el personal, escondiéndose tras el anonimato de un teclado y un seudónimo, vierte todo tipo de barbaridades contra quienes piensan distinto. No es este el caso, aquí todos/as firmamos con nuestro nombre lo que escribimos y nos publican.
Nos dan cumplido ejemplo a diario nuestros políticos…pero ¿es que no tenemos derecho los demás a protegernos tambien de ellos y a opinar?. PACMA es un partido, si, sometido “a la legislación vigente”, como los demás partidos, lo que no quita para que no se muestre igualmente integrista en muchas de sus afirmaciones, asertos y actos públicos. La firmante habla de “libertad de expresión”, pero parece ser que sólo de la suya, ya que la del autor del artículo ha de ser criticada con saña, denostada y denunciada en el periódico. Con este tipo de actitudes nos arriesgamos a que los demás expongan tambien la suya, iniciándose así una dinámica que nos haga a todos acabar embarrados un tanto en polémicas estériles.
Desconozco el “amor a los animales y al medio rural” que afirma la autora tienen ciertos personajes que “huyen” de la ciudad cada fin de semana, para adentrarse en pueblos de pocos habitantes, donde, por cierto, no existe ningún tipo de autoridad, salvo la municipal a la que muchos toman como al pito del sereno, pero yo, urbanita de nacimiento, que tambien huí en su día de la capital, pero asumiendo todas las consecuencias y estando orgulloso del resultado, me sorprendo desagradablemente del comportamiento de muchos de mis conciudadanos, no de todos, por supuesto, ya que me cruzo habitualmente con gente agradable, educada y respetuosa, pero los que no, terminan molestando, cuanto menos a las gentes que viven en estos pueblos y aldeas, aparcando en donde les viene en gana, tapando accesos a fincas; dejando sus residuos por todas partes, abriendo puertas y cancelas (aquí se les denomina “zarzos”) y no volviéndolas a cerrar, “ eligiendo”, por no decir robando cebollas, calabacines, lechugas y todo lo que se les pone por delante sin cortarse un pelo por colarse en un huerto; llevando sus perros (a los que aman tanto, pobrecitos: que corran libres) sueltos en zonas ganaderas con el peligro que eso representa y estando además regulado por la ley.
Una cosa es “el amor a los animales” en teoría, esa delicadeza o afecto que mostramos cuando vemos fotos, imágenes o videos de diversa fauna en libros, cine o TV y otra muy distinta la realidad del campo, de las zonas rurales y la vida que en estas se desarrolla.
En cuanto a lo referente al Belén Viviente de Buitrago, aparentemente “la piedra angular” del artículo, la denuncia de estas personas “amantes” de los animales por el supuesto “abuso” que se hace del buey, asno o mula, gallinas etc. y parece que hicieron ante la Guardia Civil, les define absolutamente. Es el absurdo llevado a sus mas extremas consecuencias, la demostración del integrismo mas exacerbado y del desprecio –esta vez, si- hacia una costumbre popular que se viene desarrollando en Buitrago del Lozoya desde hace ya 32 años, basándose en una tradición belenísta que se remonta a 1.226, cuando Francisco de Asís creo la representación del nacimiento de Cristo, añadiendo el buey y la mula como símbolos proféticos, haciendo participes de ello a los habitantes de Greccio y a los animales.
Mucho “respeto” afirma sentir la redactora de la respuesta al artículo, por los esfuerzos de los pueblos de toda la Sierra Norte (En los que se celebran al menos 5 Belenes vivientes) al tiempo que critica y denuesta la “reproducción realista” que se lleva a cabo (con el complicado y tremendo montaje de este Belén, por cierto) citando como escusa para ello a Benedicto XV, quien afirmó que “ni mula ni buey ni gallinas”… por cierto, no fue Benedicto XV, sino XVI. Así nos va, señores.