El pasado domingo 3 de julio a las 20:00 horas, en la iglesia de San Pedro Advincula de Redueña, tuvo lugar el primer concierto de Clásicos del Verano de mano de AMARILIS DUEÑAS. El día anterior había actuado en La Hiruela, Iglesia San Miguel Arcángel.

La artista interpreto con su Viola la gamba la obra de Lamento de Sunneva. Este programa es una representación del afecto barroco en estado puro. Con un recorrido a través de la emoción, de la melancolía y el anhelo. En una atmósfera únicamente posible de crear por los compositoros del barroco francés, se alza la figura de Kristina av Tunsberg (1234-1262), princesa vikinga que se vio obligada a emigrar al Reino de Castilla. Según la leyenda, murió por la añoranza que sentía hacia su tierra natal y su paisaje de fiordos. 

El instrumento utilizado para este concierto está hecho a la imagen y semejanza de esta mujer, creado para Amarilis Dueñas, en la que ha incorporado una runa vikinga en honor a la princesa vikinga y un estampado del tipo de tela propio de ese territorio. La viola da gamba es un instrumento musical perteneciente a la familia de los cordófonos de arco, provisto de trastes. Fue muy utilizado en Europa entre finales del siglo XV y las últimas décadas del siglo XVIII. El modelo más extendido tiene seis cuerdas afinadas por cuartas (con una tercera mayor entre las centrales), un aspecto similar al del violonchelo, una extensión de Re a re y es tañido tomando el arco palma arriba. Al intérprete se le conoce como violagambista 

El Lamento de Sunneva es su llanto ,que cuenta la triste historia de la pincesa vikinga a través de las obras:  Mr. De Saint Colombe (1640 – 1700) Prelude à 7 Cordes; Mr. De Saint Colombe (1640 – 1700) Les Pleurs,  Marin Marais (1656-1728) La Badinage, Marin Marais (1656-1728) La Reveuse, Carl Friedrich Abel (1723-1787) Arpeggiata, Carl Friedrich Abel (1723-1787) Allegro WKO 208, Marin Marais (1656 – 1728) Les Voix Humaines y el cierre creado por la propia Amarilis Dueñas (1998*) Lamento de Sunneva que con tan solo 24 años ha demostrado tener un don para la música.