Si hablamos de golondrinas pensaremos en la común, presente en pueblos y ciudades y, por tanto, más cercana a todos nosotros; además es la más extendida en todos los continentes. En el mundo existen más de 70 especies distintas de golondrinas. Lo que la mayoría desconoce es que en nuestro país hay otra golondrina, que vive en el campo y raramente se reproduce en las poblaciones: hablamos de la Golondrina daúrica (Cecropis daurica).
Como se aprecia en la imagen es muy parecida físicamente a la común. Su zona dorsal es azul muy oscura (se percibe como negra), exceptuando el obispillo (rabadilla) y la nuca, de color ocre anaranjado. La zona ventral castaña clara ligeramente moteada de pequeñas rayas (algunos individuos carecen de estas), con garganta más pálida y los flancos más anaranjados. Su cara es también anaranjada, del mismo color que el obispillo y la nuca. Su cola larga y ahorquillada, característica de las golondrinas (en esta especie más oscura por debajo que en la común) como sus alas, largas y apuntadas (aunque algo menos que en la común). Las patas muy cortas, la boca muy ancha y el pico corto y oscuro. El dimorfismo sexual es mínimo, las hembras tienen la cola más corta. Los jóvenes son similares pero de tonos más apagados. Tiene una longitud de unos 17 cm. y una envergadura cercana a los 35.
De carácter agreste, casi siempre la veremos en el campo. Se localiza en los países meridionales de Europa y Asia, desde la Península Ibérica hasta Japón, extendiéndose por el sur hasta el África tropical. Las que crían en África y la India son residentes. Pero las europeas y las asiáticas más septentrionales son migratorias, permaneciendo en invierno tanto en África como la India. Por tanto se trata de una especie estival en España. Reseñar aquí que se va expandiendo hacia el norte tanto en Asia como en Europa. Durante los meses de marzo y abril llegarán a nuestra geografía, distribuyéndose mayormente por el cuadrante suroccidental; también por todo el litoral mediterráneo, parte de la Meseta y, con núcleos aislados más al norte en Galicia y Sistemas Ibérico y Pirenaico. Presente también en Ceuta y Melilla. Ausente en las islas. En nuestra comarca es más numerosa en los pueblos del sur, en la campiña; aunque también se halla en la montaña, por ejemplo en la Sierra del Rincón. Hay citas de nidos hasta los mil seiscientos metros de altitud.
Su hábitat preferente son los bosques y dehesas de tipo mediterráneo, donde haya riscos o cuevas para poder nidificar; es frecuente asimismo que utilicen puentes, edificios antiguos, etc. Construye un nido semiesférico, con entrada tubular; son similares a los del Avión común pero estos no utilizan túnel de entrada. Ambos adultos lo realizan durante 7-12 días, situándolo bajo algún techo, ya sea en la pared rocosa o debajo de un puente por ejemplo; tras adherir las bolas de barro y terminarlo por fuera, revisten su interior con hierbas secas y plumas. Tienen querencia al lugar de emplazamiento de años anteriores. Suelen criar en solitario o en pequeñas colonias; una vez finalizado el periodo reproductor son gregarias, juntándose en pequeños grupos antes de emprender el viaje postnupcial en otoño. Son aves insectívoras, su alimentación consta de moscas, mosquitos, avispas, pequeños escarabajos, etc. que cazan al vuelo. Este es más lento que el de la Golondrina común y con planeos más frecuentes. Su canto es corto y dulce, intercalando notas ásperas. Lo emite tanto en vuelo como en alguna percha, de forma continuada cuando llegue al lugar donde anidará.
El periodo reproductor comienza nada más concluir la construcción o reparación del nido. Efectúa dos o tres puestas anuales, que constan de tres a seis huevos, habiéndose observado que el tamaño de estas decrece desde la primera a la última. La incubación se prolonga durante unos 15 días y la llevan a cabo ambos sexos; tras la eclosión, los pollos son alimentados por sus padres durante 23-25 días. A partir de este momento ya pueden volar aunque se congregarán en el nido para pasar la noche al menos otros veinte días. El ciclo reproductivo abarca desde mediados de abril a mediados de agosto, aunque la mayoría de mayo a julio, comenzando a agruparse durante el mes de septiembre para regresar hacia el sur y, produciéndose el paso por el Estrecho de Gibraltar durante el mes de octubre.
Es una especie que continúa su expansión demográfica y no está amenazada. Aparece catalogada como “De interés especial”. Le afectan el uso de plaguicidas y las molestias directas causadas por el hombre. Respetemos a esta grácil ave que, como todas las insectívoras, es muy beneficiosa para todos nosotros.
Miguel Ángel Granado
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